Las macrogranjas no serían un modelo económicamente viable en las islas por el mercado limitado, apuntan desde el sector. Aunque hay animales en naves, el modelo de producción dista del intensivo tradicional
La escasez de territorio, un mercado limitado y que la ultraperiferia encarece la producción impiden las macrogranjas en Canarias. Sin embargo, según el Gobierno autonómico, sí hay granjas grandes de caprino y ovino en el Archipiélago con 2.000 cabezas de ganado. La diferencia con las macrogranjas es que «el tipo de producción no es la típica intensiva, porque los animales tienen salida al exterior«, señalan las fuentes.
Los ganaderos canarios quieren dejar claro que aunque predominen las explotaciones intensivas, no hay macrogranjas porque se cuida en todo momento el bienestar animal.
Desde ASAGA defienden que un animal estresado no va a producir la carne porque no va a engordar. Tampoco leche, ni va a poder gestar de manera adecuada.
Además, explican que la libertad total de los animales no es positiva, porque pueden verse afectados por las infecciones de otros animales salvajes.
Con todo, uno de los grandes retos a los que se enfrenta actualmente Canarias es la eliminación de jaulas para gallinas. Hay dudas sobre si es posible poner a todos esos animales en suelo.
El Hierro y La Palma son las islas que más uso hacen de la ganadería extensiva, es decir, en libertad. La trashumancia o pastoreo en movimiento sigue empleándose en Gran Canaria, aunque encuentra dificultades por el escaso relevo generacional.