La fajana no solo modificó la costa tras la erupción, también es posible que lo hiciera con el fondo marino por la aportación de sedimentos que ahora investigará el ‘Tofiño’
El Buque Hidrográfico ‘Tofiño’ (A-32) comenzó el pasado 17 de octubre su campaña hidrográfica en aguas del archipiélago canario. Serán 55 días, hasta el próximo día 10 de diciembre, con 49 integrantes entre su dotación.
Está previsto que el buque, dependiente del Comandante Director del Instituto Hidrográfico de la Marina, realice la actualización de la cartografía náutica en la zona de la isla de La Palma, principalmente en la fajana lávica producida tras la erupción del volcán de Cumbre Vieja el pasado año. También el puerto de Tazacorte y sus accesos. Además de estos trabajos, se van a actualizar las cartas 601-A (estrecho de la Bocayna) y la 6030 (portulano del puerto de Arrecife)
según el Plan de Producción Cartográfica del IHM.
Para efectuar los trabajos, el B.H. “Tofiño” dispone de sondadores portátiles instalados en los botes hidrográficos y la embarcación desplegable “Narwhal”. Se destacará en Puerto del Rosario y Corralejo para las zonas más someras. Para aguas más profundas, el buque dispone de dos sondadores con tecnología multihaz, además de un sónar de barrido lateral, necesario para contribuir a la misión específica de la Armada de protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático.
La fajana no solo ha modificado la costa, también es posible que lo haya hecho con el fondo marino
Cabe recordar que el volcán Cumbre Vieja, cuya erupción comenzó el 19 de septiembre del año pasado, se mantuvo activo casi tres meses. Tras la actividad del volcán y después de la masiva caída de lava al mar, ha sido necesario programar esta campaña hidrográfica para actualizar la cartografía de la zona y así garantizar la seguridad en la navegación.
La fajana generada ha modificado el contorno de la costa y es previsible que el fondo marino también se haya visto alterado por el aporte de sedimentos.
El B.H. “Tofiño”, segundo de los buques de la clase “Malaspina” con los que cuenta la Armada, fue construido en los astilleros de San Fernando, donde también tiene su base en La Carraca. Se entregó a la Armada en 1975. Sus principales misiones son la adquisición de datos batimétricos para la elaboración y la actualización de la cartografía náutica oficial de España.