Canarias es una de las comunidades donde se han realizado campañas para atraer a los nómadas digitales
El teletrabajo transfronterizo, una tendencia minoritaria pero creciente, empieza a contar con marcos legislativos concretos para evitar abusos laborales en España, con el objetivo de atraer el talento cualificado de los denominados nómadas digitales.
Esta modalidad de trabajo atrae especialmente a empleados jóvenes, tanto «freelance» (por cuenta propia) como asalariados, de perfiles tecnológicos y procedentes de países nórdicos para los que España se ha convertido en uno de los destinos preferentes, abriendo también el debate sobre el impacto social y económico de estos movimientos laborales.
En este contexto, España se adscribió el pasado verano al acuerdo marco europeo que desarrolla el reglamento comunitario para casos de teletrabajo transfronterizo habitual, lo que asegura mejores condiciones a los europeos que trabajan desde España para una empresa ubicada en otro estado miembro.
Tendencia creciente
La Seguridad Social ha emitido un criterio flexibilizador, que también se aplica desde el 1 de julio, para los casos en los que el teletrabajo en otro Estado miembro es aleatorio, limitado en el tiempo y no forma parte del patrón habitual de la prestación de servicios, según explicaban recientemente desde Cuatrecasas.
En estos supuestos, también se considera que el teletrabajador sigue sujeto a la legislación del Estado desde donde realizaba su actividad de forma ordinaria.
«Tanto el acuerdo marco como el criterio flexibilizador de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) proporcionan reglas concretas en una materia hasta ahora huérfana de regulación específica», valoraban desde la firma de abogados.
España es un polo de atracción para trabajadores especialmente de multinacionales, residentes en el norte de Europa, de perfiles tecnológicos o comerciales, y habitualmente jóvenes, explica a EFE el director de la consultora Michael Page, Alfonso Caracuel.
«Es una tendencia creciente pero minoritaria aún», reconoce el directivo de Michael Page, que cree que debe avanzarse más en legislación para facilitar estas situaciones.
Mejores condiciones para teletrabajadores europeos
La adhesión de España al acuerdo marco europeo implica que, a partir de ahora, deberá aplicarse al teletrabajador la legislación del Estado en el que el empresario tenga su sede, por ejemplo en cuanto a salario o cotizaciones sociales, siempre que el tiempo de trabajo en su país de residencia no supere el 50 %.
Las condiciones de los teletrabajadores extranjeros en España mejorarán con la firma de este acuerdo, que a 30 de junio ha sido suscrito también por Alemania, Suiza, Liechtenstein, República Checa, Austria, Países Bajos, Eslovaquia, Bélgica, Luxemburgo, Finlandia, Noruega, Portugal, Suecia, Polonia, Croacia, Malta y Francia.
Para el responsable de digitalización de UGT, José Varela, «antes teletrabajo era una suerte de deslocalización digital», que además generaba ‘dumping laboral‘ (competencia desleal) entre empresas de un mismo sector y país, algo que cambiará con la adscripción de España al acuerdo marco.
«En vez de crear empleo en mi sede te mando a otro país y cotizas con los salarios de ese país. Ahora, si esta persona trabaja para ti, la sede la tienes aquí y se pasa una parte del tiempo de trabajo aquí y otra allí le tienes que dar el salario de tu sede», explica Varela.
Desde Cuatrecasas destacaban que estas nuevas normas suponen «un gran avance para que las empresas puedan canalizar adecuadamente las peticiones de teletrabajo internacional con mayor seguridad y certeza en un contexto en el que resulta esencial atraer y retener talento».
Visados para nómadas digitales
Por otro lado, con la aprobación de la Ley de «startups» (empresas emergentes) a finales del pasado año, se facilitó la obtención de un visado para residir por teletrabajo de carácter internacional de los nacionales de terceros Estados, los denominados nómadas digitales.
Hasta finales de agosto, la Empresa Nacional de Innovación (Enisa) había analizado más de 800 de estos visados de trabajo para nómadas digitales, según datos aportados por su consejero delegado, José Bayón, recientemente en un congreso de economía digital.
«Somos el primer país de destino de nómadas digitales. (…) Cada vez atraemos más talento», aseguraba entonces Bayón.
A la vista de estos datos, la medida incluida en la ley de «startups» «no está teniendo mucho impacto» de momento, reflexiona Varela, quien además señala que la mayoría de esos visados están siendo solicitados por teletrabajadores rusos, en el contexto de la guerra en Ucrania.
¿Pueden los nómadas digitales generar ‘dumping social’?
Por el momento, no existen estadísticas oficiales que permitan medir el movimiento de estos teletrabajadores transfronterizos o de los «freelance» que optan por España ni cuantificar su impacto por zonas.
Es cierto que Canarias o la Costa del Sol hicieron campañas en este sentido pero lo único que se puede comprobar es si aumentó la compra de vivienda y no se puede saber cuántas de las adquiridas son para teletrabajar, señala el responsable de digitalización de UGT.
En Málaga, una de las ciudades que atrae más perfiles de este tipo, los precios de la vivienda se han disparado desde 2020: el precio medio de alquiler ha subido un 29,3 % y el de venta, un 24 %, según datos de idealista.
«Es muy atractivo para muchos ayuntamientos porque son salarios mayores que la media y generan más ingresos pero si se convierte en algo masivo puede distorsionar por ejemplo el mercado inmobiliario, porque la mayoría de la zona no tiene esa capacidad adquisitiva, generando así ‘dumping social'», explica Varela.