Descubren una nueva especie de molusco en Tenerife

Un grupo de buceadores han localizado esta nueva especie de molusco marino en el sur de Tenerife

El molusco marino se ha localizado a 50 metros de profundidad en un fondo de rodolitos en la Punta de la Rasca, en Tenerife. Lo han encontrado buzos de la Academia Finlandesa de Buceo Científico han recolectado siete ejemplares vivos de una nueva especie de molusco marino ‘Granulina‘. Su concha es más ancha que la del resto de sus congéneres en el archipiélago canario.

A 50 metros de profundidad en un fondo de rodolitos en la Punta de la Rasca, en Tenerife, buzos de la Academia Finlandesa de Buceo Científico han recolectado siete ejemplares vivos de una nueva especie de molusco marino, el 'Granulina nekton', cuya concha es más ancha que la del resto de sus congéneres en el archipiélago canario. Imagen cedida por Leopoldo Moro, uno de los autores del descubrimiento. EFE/Leopoldo Moro
A 50 metros de profundidad en un fondo de rodolitos en la Punta de la Rasca, en Tenerife, se localizó la nueva especie de molusco marino, el ‘Granulina nekton’. Imagen cedida por Leopoldo Moro, uno de los autores del descubrimiento. EFE/Leopoldo Moro

La nueva especie ha sido denominada ‘Granulina nekton‘. Su nombre lo han puesto en reconocimiento a la Fundación Nekton, copatrocinadora de la Macaronesia-Tenerife Submersible & Diver Expedition del programa Ocean Census, que se desarrolló entre el 25 de noviembre y el 17 de diciembre de 2023.

Qué es ‘Granulina Nekton’

Esta es la segunda especie descrita dentro del programa Ocean Census. Así lo ha comentado a EFE el investigador Jesús Ortea, catedrático de Zoología jubilado de la Universidad de Oviedo. Ortea ha colaborado en esta iniciativa científica que cuenta con un sumergible, el Piscis VI. Este sumergible es capaz de recolectar muestras a 200 metros de profundidad con un brazo mecánico.

En esta ocasión los ejemplares se obtuvieron en el remonte nocturno de las muestras de rodolitos depositados en bandejas. Fueron recogidos en bolsas de 1 milímetro de luz de malla por el equipo de buzos de la Academia Finlandesa de Buceo Científico.

Los ejemplares fueron observados, fotografiados y filmados en vivo antes de ser anestesiados por enfriamiento y fijados en alcohol absoluto para ser depositados posteriormente en el Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife, relata Jesús Ortea. Ortea publica este mes, en el primer número del año de la Revista de Biodiversidad Tropical Avicennia, la descripción de esta nueva especie de molusco marino en un artículo firmado junto al biólogo marino Leopoldo Moro.

Al respecto, el investigador asturiano pone el acento en que en esta ocasión se han recolectado menos especies nuevas de moluscos que cuando llegó por primera vez a Tenerife, hace 40 años. En aquella época se hizo con medios tan rudimentarios como «un cubo, una espátula, cuatro botes y unas chanclas de las de antes».

Menos especies de moluscos marinos en Tenerife

Estos pocos resultados «son un buen indicador de que el inventario de los moluscos marinos de Tenerife se acerca a su fin», precisa Ortea. Él en un trabajo anterior junto a Moro y Herrera ha hecho una recopilación histórica de las publicaciones relacionadas con el estudio de las especies del género Granulina Jousseaume en las Islas Canarias, desde la Granulina guancha a la palmera y la rutae, entre otras.

Pero la concha de Granulina nekton, la especie nueva, es más ancha que la del resto de congéneres litorales del archipiélago canario, como la canariensis de Fuerteventura. A ésta la supera en dimensiones (3 x 1,5 milímetros) además de ser mucho más estrecha.

Además su coloración presenta un carácter diferencial «de primer orden» frente al resto de congéneres de este molusco en el archipiélago. La Granulina nekton tiene un color blanco marfil uniforme en el manto interior de su concha, sin las manchas naranjas o rosadas que caracterizan a otras especies canarias.

También en 2023 estos investigadores descubrieron en Boavista (Cabo Verde) una especie de molusco marino que dio lugar a una nueva familia y un nuevo género denominado Forjacella. Se bautizó así en homenaje a los maestros de las celosías de forja, y que lleva como epíteto el concejo de Taramundi en Asturias, donde quedan los últimos herreros como oficio en extinción.

Ana Santana / EFE

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