Hace años los camellos eran utilizados como animales de carga y para la agricultura. Al reemplazar estas funciones por máquinas, la especie ha ido desapareciendo y la raza autóctona ya solo cuenta con poco más de 1.000 ejemplares. Se buscan nuevas funciones para sus supervivencia.
El camello canario está en peligro de extinción. En Fuerteventura cerca de 500 ejemplares viven en la granja camellar donde se trabaja para conservar la especie.