El Real Zaragoza ganó a la UD Las Palmas (0-2), una victoria que le permite respirar y acercarse a la permanencia en LaLiga SmartBank con un gol en cada tiempo, en un partido en el que fue mucho más efectivo que un conjunto insular que dispuso de más y mejores ocasiones.
Los maños aprovecharon en la primera mitad el primero de los dos penaltis que tuvieron a su favor y en el segundo tiempo anotaron el segundo tanto con un gran cabezazo del uruguayo Juan Manuel Sanabria para sumar tres puntos con aroma a salvación.
El primero de los penaltis fue sancionado después de que el VAR le indicase al árbitro que lo viera en el monitor, porque inicialmente no había captado el pisotón del argentino Cardona a Zanimacchia.
El propio futbolista italiano convirtió desde los once metros de disparo ajustado.
Las Palmas reaccionó, dispuso de oportunidades muy claras para haber igualado, con Jesé como protagonista en casi todas, pero lo que llegó en el minuto 25 fue un nuevo penalti, por otra zancadilla de un desafortunado Cardona, esta vez a Narváez, tras un contraataque del colombiano.
Lo tiró Eguaras, pero Valles desvió y acabó atrapando el balón con suerte, tras dar en un palo.
Esa acción espoleó al equipo amarillo, que encontró su fútbol fluido de asociación por dentro, pero también por fuera con llegadas profundas de sus laterales.
Jesé seguía acumulando ocasiones, falto de puntería en algunas, y en otras se encontró con Cristian Álvarez.
Con los locales desatados en ataque, el que pudo marcar antes del descanso fue el equipo maño con un disparo de Narváez que Valles desvió lo justo para que la pelota fuera a un poste y Alberto Zapater acabó cruzando fuera por muy poco.
En el segundo tiempo Las Palmas continuó rondando y mereciendo el empate, ya con cambios en ambos equipos, y algunos obligados como el de Pejiño al descanso, tras una entrada de Vigaray.
Al Zaragoza se le empezaba a hacer largo el partido, pero la insistencia de los grancanarios no tuvo premio, el que sí recogió el uruguayo Sanabria nada más saltar al césped, con un cabezazo en plancha tras un gran centro de Tejero desde la derecha, para sentenciar una sufrida victoria de los aragoneses.