La capital de Omán se convierte en el escenario de un tenso cara a cara indirecto entre ambas potencias
Estados Unidos e Irán retoman este sábado conversaciones nucleares en Mascate, capital de Omán, después de siete años sin contacto directo. Las delegaciones llegan con posturas distantes, pero con la esperanza de reconstruir un canal diplomático crucial para la seguridad global.

Irán insiste en que las negociaciones seguirán siendo indirectas, aunque Washington confía en una reunión cara a cara entre el ministro iraní Abbas Araqchi y el enviado estadounidense Steve Witkoff.
El legado del acuerdo nuclear de 2015 sigue presente
Estas conversaciones son las primeras desde que Donald Trump se retiró del histórico acuerdo nuclear en 2018. La decisión rompió con la línea de su predecesor, Barack Obama, quien logró firmar el pacto junto a otras potencias internacionales.
El Plan de Acción Integral Conjunto buscaba garantizar que el programa nuclear iraní tuviera fines pacíficos. A cambio, se levantarían las sanciones y Teherán volvería al mercado internacional.
Escalada de tensiones tras la retirada estadounidense
La salida de Trump se basó en sospechas infundadas sobre la inminente obtención de un arma nuclear por parte de Irán. Teherán lo negó con insistencia y empezó a incumplir gradualmente los compromisos pactados.
En noviembre pasado, Irán activó nuevas centrifugadoras avanzadas tras una resolución del OIEA. El país calificó la amonestación de «politizada» y defendió su respuesta como legítima.
El contexto regional, una presión latente
El diálogo ocurre en un ambiente enrarecido por la creciente tensión entre Irán e Israel. Los recientes ataques cruzados durante la guerra de Gaza han avivado viejas hostilidades.

La sombra del asesinato del general iraní Qasem Soleimani en 2020 sigue marcando las relaciones. Fue un golpe directo de EE. UU. a la cúpula militar iraní y elevó el riesgo de un conflicto abierto.
El regreso de Trump no disipa el escepticismo iraní
Trump ha declarado que prefiere un nuevo acuerdo antes que una acción militar. Asegura que nadie desea involucrarse en un conflicto directo con Irán, aunque mantiene un tono amenazante.
Irán ha respondido con cautela, entre la apertura y el recelo. Dice que acudirá a la cita como un gesto de respaldo a la diplomacia, pero sin ceder a presiones.
Una delegación iraní vigilante y atenta
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, subrayó que Irán acudirá con “seriedad y cándida vigilancia”. Dijo que no prejuzgarán ni anticiparán resultados.
Teherán evaluará la «intención y resolución» de EE. UU. antes de comprometerse a pasos concretos. La delegación incluye figuras clave como Majid Tajt Ravanchi y Kazem Gharibabadi.