La cuarta campaña arqueológica busca precisar la cronología del asentamiento guanche en el Barranco de Agua de Dios y profundiza en los usos mixtos del yacimiento

La cuarta campaña de excavaciones arqueológicas en la Cueva de Los Cabezazos, en el municipio de Tegueste, ha comenzado este mes de julio con el objetivo de precisar la cronología de la primera ocupación aborigen del Barranco de Agua de Dios y documentar sus secuencias de hábitat.
Esta nueva intervención está dirigida por la arqueóloga Paloma Vidal Matutano, de la Universidad de La Laguna (ULL), y cuenta con financiación del Gobierno de Canarias, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y la colaboración del Ayuntamiento de Tegueste. El proyecto consolida a la Cueva de Los Cabezazos como un caso estratégico para el estudio arqueológico de Tenerife.
Una de las hipótesis principales que surgen en esta campaña es que la cueva pudo haber sido utilizada simultáneamente como espacio habitacional y como corral. Así lo sugiere la diferenciación espacial dentro de la cavidad: en una zona predominan restos de fauna vinculados al consumo alimentario, mientras que en otra se han recuperado fragmentos cerámicos y piezas de industria lítica, según explica Emilio Vacas, codirector de la investigación.
Aunque por el momento no se ha podido confirmar si estos usos fueron contemporáneos o sucesivos, todo apunta a un uso mixto del espacio. Aún queda por determinar si los guanches convivían con el ganado o si la cueva fue destinada a diferentes usos a lo largo del tiempo.
Entre los hallazgos más relevantes de las excavaciones se encuentran restos de excrementos humanos y animales
Entre los hallazgos más destacados se encuentran restos de excrementos humanos y animales (cochino o perro). Los análisis genéticos de ADN permitirán no solo identificar las especies, sino también obtener información relevante sobre la salud, dieta y condiciones de vida de los habitantes del barranco, detalla Vacas.
El codirector de la investigación, Salvador Pardo, destaca que este enclave es ya uno de los yacimientos con más dataciones en Tenerife. Hasta 2023 se contabilizaban cinco dataciones; ahora, gracias a la reanudación de las excavaciones, ya se disponen de más de veinte nuevas dataciones que confirman una ocupación continuada desde el siglo VII hasta la conquista europea en el siglo XV.
La nueva campaña pretende profundizar hasta los niveles más antiguos de la cueva
En esta campaña también se pretende identificar los niveles más antiguos de ocupación mediante sondeos estratigráficos que permitirán ampliar la superficie intervenida. Estas actuaciones ayudarán a tener una visión más completa de las actividades desarrolladas y a profundizar hasta los niveles más antiguos de la cueva, refutando las conclusiones de Luis Diego Cuscoy en los años 70, quien consideró que ya se había alcanzado el fondo de la cavidad.
El proyecto se caracteriza por su enfoque multidisciplinar e interinstitucional. Junto a la ULL participan especialistas de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Valencia y la Universidad de Basilea (Suiza), esta última centrada en el estudio de la industria lítica mediante técnicas morfotécnicas y de traceología.
Además, como en campañas anteriores, la excavación cumple una función formativa clave: más de una decena de estudiantes del Grado de Historia de la ULL participan como voluntarios en tareas de campo y laboratorio. Hasta la fecha, ya se han defendido dos Trabajos de Fin de Grado centrados en este yacimiento, lo que pone de relieve su relevancia académica.