Un superviviente del naufragio en La Restinga relata su experiencia: «Me sacaron del agua cuando ya me ahogaba»

Habib Camara, de 19 años y natural de Guinea Conakry, relata desde el centro de Las Raíces el naufragio que dejó siete muertos a pocos metros del puerto de La Restinga

Vídeo RTVC.

Habib Camara, un joven de 19 años natural de Guinea Conakry, es uno de los supervivientes del naufragio ocurrido el pasado 28 de mayo frente al puerto de La Restinga, en El Hierro, donde perdieron la vida cuatro mujeres y tres niñas. Camara, que ahora reside en el campamento de Las Raíces, en Tenerife, recuerda con emoción y dolor el momento en el que el cayuco en el que viajaba volcó a escasos metros de tierra.

El joven guineano Habib Camara, uno de los supervivientes del cayuco que volcó a finales del mes de mayo en el puerto de La Restinga en la isla de El Hierro, durante una entrevista para contar su experiencia por fuera de las instalaciones Centro de Primeras Llegadas Las Raíces en Tenerife. EFE/Alberto Valdés
El joven guineano Habib Camara, uno de los supervivientes del cayuco que volcó a finales del mes de mayo en el puerto de La Restinga en la isla de El Hierro, durante una entrevista para contar su experiencia por fuera de las instalaciones Centro de Primeras Llegadas Las Raíces en Tenerife. EFE/Alberto Valdés

En un encuentro con la agencia EFE, al que accedió por iniciativa propia, relató que fue rescatado por un compañero de travesía del que no ha vuelto a saber nada. “Me estaba ahogando. No sé nadar. Un amigo fue el que me sacó del agua. Había gente que iba en un departamento inferior de la barca y se quedaron debajo”, explicó con voz temblorosa.

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El cayuco, con 152 personas a bordo, había sido escoltado hasta el puerto por la Salvamar Dipha, alertada por la ONG Caminando Fronteras. Sin embargo, al llegar a puerto, el miedo acumulado durante la travesía provocó una estampida hacia el barco de rescate, lo que desestabilizó la embarcación y causó el vuelco.

Habib apenas recuerda lo que sucedió tras el naugragio

Habib no recuerda con claridad qué ocurrió después. Fue atendido por personal de Cruz Roja y, al recuperar la conciencia, se encontró rodeado de fallecidos. Posteriormente fue trasladado a un centro en El Hierro, y más tarde, en ferry, a Tenerife junto a otros dos compañeros del cayuco.

El joven guineano asegura estar agradecido por la atención recibida y confía en poder empezar una nueva etapa en Canarias. “Gracias a Dios, ahora todo está bien. Me comuniqué con mi familia y estoy aprendiendo español”, afirmó. Camara estudiaba Sociología en su país y sueña con convertirse en abogado, aunque su futuro sigue siendo incierto mientras espera la resolución de su expediente de extranjería.

Desde su llegada al centro de Las Raíces, Habib ha recibido el apoyo emocional de las monitoras y el cariño de sus compañeros, con quienes comparte la esperanza de reconstruir su vida en Europa. Reconoce que aún queda camino por recorrer, pero mantiene la determinación de estudiar y trabajar para tener un futuro digno lejos de la inestabilidad que vivía en su país de origen.

El drama de Adama Keita y su hija Mami al intentar llegar a Canarias

La Ruta Canaria acumula trágicas historias como las de Habib. Muchas de ellas nacen en países como Guinea, donde Adama Keita se embarcó junto a su hija en un cayuco con el objetivo de arribar a Canarias en busca de una vida mejor, pero acabó perdiendo la vida en el naufragio del 28 de mayo.

«Adama me dijo que quería viajar (…) me contestó que quería irse a Occidente para sacarnos de la pobreza» relata Mariama Keita, hermana de Adama.

Vídeo RTVC.

Sin embargo, el objetivo de Adama y su hija Mami se vio truncado tras el naufragio de su cayuco, el cual ya había llegado al puerto de La Restinga, pero que acabó volcando durante la maniobra de desembarco.

«Fue a las tres de la tarde cuando me dijeron que Adama y Mami se habían ahogado (…) Además del dolor por la pérdida, estábamos preocupados porque no sabíamos si iban a repatriar los cadáveres o los iban a incinerar» recuerda Mariama. Finalmente, Adama y Mami descansan en el cementerio de Frontera, en la isla de El Hierro.

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