Durante la Homilía de Año Nuevo en la Misa de la Solemnidad de la Madre de Dios ha recordado al papa emérito y ha pedido por las víctimas de las guerras
El Papa Francisco ha recordado este domingo 1 de enero de 2023, en la Homilía de año Nuevo al difunto papa emérito Benedicto XVI, fallecido este sábado a los 95 años. Y ha pedido rezar por todos los que sufren por la guerra en muchas partes del mundo.
Durante la homilía en la Misa de la Solemnidad de la Madre de Dios y con motivo de la 56º Jornada Mundial de la Paz, Francisco ha encomendado a la Virgen «para que le acompañe en su paso de este mundo a Dios» y también ha pedido oraciones «por los hijos que sufren y ya no tienen fuerzas para rezar». «Por tantos hermanos y hermanas afectados por la guerra en muchas partes de mundo, que viven estos días de fiesta en la oscuridad y a la intemperie, en la miseria y con miedo, sumergidos en la violencia y en la indiferencia», ha dicho.
Francisco ha recordado que Dios no ama solo «de palabra, sino con hechos y que no lo hace «desde lo alto» o «de lejos», sino «de cerca»: «En María el Verbo se hizo carne, porque en el pecho de Cristo sigue latiendo un corazón de carne, que palpita por cada uno de nosotros», ha dicho.
Esperanza
El obispo de Roma ha señalado que el mundo necesita «esperanza, como la tierra necesita la lluvia». «El año, que se abre bajo el signo de la Madre de Dios y nuestra, nos dice que la llave de la esperanza es María», ha subrayado.
Francisco ha recordado, además, la importancia de los pastores de Belén. «Eran pobres, quizás también bastante rudos, y aquella noche estaban trabajando. Fueron precisamente ellos, y no los sabios, ni mucho menos los poderosos, los que reconocieron en primer lugar al Dios cercano, al Dios que llegó pobre y ama estar con los pobres. El Evangelio subraya de los pastores, sobre todo, dos gestos muy sencillos, que, sin embargo, no siempre son fáciles. Los pastores fueron y vieron: ir y ver», ha reflexionado.
No quedarse inmóviles
También ha pedido a los fieles no quedarse «inmóviles y cómodos esperando a que las cosas mejores». «Hay que levantarse, aprovechar las oportunidades que nos da la gracia, ir, arriesgar. Hoy, al comienzo del año, en lugar de sentarnos a pensar y a esperar que las cosas cambien, nos vendría bien preguntarnos: ‘Yo, ¿hacia dónde quiero ir este año? ¿A quién voy a hacer el bien?’. Muchos, en la Iglesia y en la sociedad, esperan el bien que tú y solo tú puedes hacer, esperan tu servicio». Asimismo, Francisco ha pedido «imitar» a los pastores: «¡Pongámonos en marcha!», ha exhortado.
Peligro de las prisas
No obstante, al final de la homilía, Francisco ha advertido del «peligro de las prisas» y ha instado a sacar tiempo «para pasar un minuto en compañía del Señor, para escuchar su Palabra, para rezar, para adorar, para alabar». «Lo mismo ocurre con respecto a los demás: apurados o atrapados por el protagonismo. No hay tiempo para escuchar a la esposa, al marido, para hablar con los hijos, para preguntarles cómo se sienten por dentro. No solo cómo van los estudios y la salud. Y cuánto bien nos hace escuchar a los ancianos, al abuelo y a la abuela, para mirar la profundidad de la vida y redescubrir las raíces», ha apuntado.