La patronal turística de Fuerteventura ha mostrado en un comunicado su absoluto rechazo a la decisión adoptada por el Gobierno central y acusa al Ejecutivo de atacar al sector turístico
La Asociación de Empresarios Turísticos de Fuerteventura, Asofuer, ha calificado de “auténtica aberración” la decisión del Gobierno central de trasladar a un grupo de inmigrantes que están pasando la cuarentena a un hotel de Caleta de Fuste, en Antigua.
El presidente de la patronal turística de Fuerteventura, Antonio Hormiga, ha mostrado, en un comunicado, su absoluto rechazo a la decisión adoptada por el Gobierno central y ha acusado al Ejecutivo de atacar al sector turístico alojando inmigrantes en hoteles.
Hace varios meses, la patronal turística majorera ya se pronunció con rotundidad sobre la cuestión alojativa e insistió en que es una “auténtica aberración” y un “golpe durísimo a la imagen de destino seguro y de calidad que queremos proyectar”, un mensaje que trasladó a todas las instituciones y representantes políticos majoreros a nivel insular, regional y nacional.
Hormiga, que ha asegurado estar “consternado”, no esconde su “perplejidad” ante la decisión y ha alertado de que la improvisación en materia migratoria puede llevar a la pérdida de innumerables puestos de trabajo en el sector turístico.
El sector empresarial de las islas “no puede ni debe resolver la papeleta a un gobierno que ha abandonado a Canarias en materia de inmigración”, ha recalcado.
La patronal turística ha instado al sector empresarial a evitar este tipo de actuaciones y se ha puesto a disposición del Ayuntamiento de Antigua y de la Asociación de Empresarios de El Castillo, AECA, para “sumar esfuerzos en las iniciativas que se pueden impulsar a fin de evitar esta sinrazón”.
“Quedan pocos días para conocer si, por fin, los turistas británicos van a volver a la isla, y a Caleta de Fuste, y no los podemos espantar con noticias de este tipo”, ha señalado.
Asimismo, ha apuntado que el Gobierno central “no puede olvidar, además, que el alojamiento de los migrantes en los establecimientos hoteleros constituye un claro efecto llamada que dificulta, más si cabe, la gestión migratoria”.