Este lunes se ha celebrado un homenaje por el 70º aniversario del Jardín Botánico Canario ‘Viera y Clavijo’, con especial atención a su fundador, Eric Ragnor Sventenius
El Jardín Botánico Canario ‘Viera y Clavijo’, en Gran Canaria, ha celebrado este lunes sus 70 años de trayectoria como museo vivo de protección de la flora con un homenaje especial al fundador de este espacio, el botánico sueco Eric Ragnor Sventenius.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha valorado esta efeméride como una fecha para celebrar «una institución viva» que «se adapta a las necesidades, la demanda y los tiempos cambiantes» y que es «referencia en España y a nivel internacional» en conservación e investigación de la biodiversidad macaronésica.
El Jardín Canario es «una muestra de compromiso» y está «a la vanguardia a la investigación», con 70 años de trayectoria gracias a Sventenius, que «fue capaz de hacer realidad un sueño colectivo», ha dicho.
Morales ha puesto en valor los 70 años «de protección a nuestra principal riqueza, el paisaje, las formas de vida y la biodiversidad» que convierten a la isla «en uno de los mejores lugares para vivir».
El presidente insular ha puesto el acento en la «especial relevancia» de esta entidad para la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global, que tendrá «especial impacto en Gran Canaria, que sufre y va a sufrir afecciones importantes» como territorio «especialmente frágil».
El 70% de las especies vegetales está en peligro por el cambio climático, ha advertido Morales, por lo que ha querido agradecer al Jardín Canario y su equipo profesional «su papel imprescindible» para que «podamos mirar al futuro con esperanza» gracias «al trabajo de esta institución», porque «el principal arma para mitigar el cambio climático es el conocimiento».
Morales: «Una institución como pocas en Canarias y en España»
Morales ha resaltado que el Jardín Canario «es una institución como pocas en Canarias y en España«, no solo como el más extenso en superficie, sino «por el trabajo científico en protección de la biodiversidad y con una labor pedagógica y educativa fundamental».
El director del Jardín Canario, Juli Caujapé, ha agradecido el «trabajo magnífico» del equipo humano de la institución y su esfuerzo de «adaptación constante» y ha agradecido el conocimiento que «el personal científico y técnico genera y maneja».
En el homenaje ha participado «la gente del Jardín del pasado y el presente», también del futuro, porque a pesar de «haber avanzado mucho» quedan «grandes desafíos».
Entre ellos, Caujapé ha subrayado que las amenazas «no son solo el cambio climático y las especies invasoras, sino también el desconocimiento», por lo que ha señalado como reto «la importancia de educar a la ciudadanía».
La biodiversidad «es una gran desconocida, incluso para quienes llevamos varias décadas investigando sobre ella» porque es «compleja, maravillosa y diversa».
El futuro debe pasar también, ha dicho, por «rescatar y crear nuevas infraestructuras para atender mejor a la ciudadanía» y poder así «responder a quienes quieren saber más y contribuir a su conservación», además de mejoras en la red de riesgo y de representación de la flora canaria, ya que existe un 75 % de ella «pero debemos ir a más».
Otro de los retos en el futuro del Jardín Canario «es disponer de más personal altamente cualificado para dar curso a todas las misiones que tiene pendientes con la flora canaria».
70 años de proyecto ambicioso
Como ha destacado Caujapé, en este 70 aniversario la institución sigue con el foco puesto en ese «proyecto ambicioso y tenaz de proyectar la innovación medioambiental más allá de la Macaronesia», escuchando al pasado, centrados en el presente y mirando al futuro.
Así, en esta jornada se ha homenajeado al botánico británico David Bramwell, exdirector del centro y uno de los impulsores de la institución, quien falleció en enero de este año.
Su hijo, Alexander Bramwell, ha inaugurado un jardín que servirá de monumento a su padre, «verde y vivo, como él quería», con parte de su colección personal de flora canaria, con la que se honrará su memoria.
Como ha destacado, su padre «entendía la naturaleza en su conexión con el ser humano» y el «trabajo noble» del Jardín Canario sigue esa misma idea.
«Mi padre fue un gran hombre y ayudó a crear un gran jardín para proteger y reconectar con la naturaleza, que no puede vivir detrás de unas vallas», en un movimiento de «devolver lo verde a las ciudades y devolver a la gente a la naturaleza» porque «no se puede vivir separado de ella», ha defendido.