Un enfermero estético denunció a una dermatóloga por compartir en redes sociales una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canaria en 2023
El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santa Cruz de Tenerife ha examinado este lunes la demanda de una clínica estética de la isla que exige una indemnización de 500.000 de euros a otra clínica competidora, a cuyos responsables ve detrás de una serie de mensajes difamatorios que sufrieron en redes.
En este litigio, Fran Suárez, a quien la prensa sensacionalista británica hizo popular en 2017 al elegirlo como «el enfermero más sexy del mundo», acusa a la dueña de otra clínica de Tenerife, Marina Rodríguez, de intentar desprestigiar a su negocio con mensajes difamatorios en internet.
En defensa de su petición, aporta un informe pericial que, a su juicio, puede probar que varios comentarios despectivos que aparecieron en la página web de su clínica los hicieron personas relacionadas con el negocio denunciado.
La demandada, la doctora Marina Rodríguez, sostiene, en cambio, que es Suárez quien ha venido acosando a través de diferentes medios a su clínica después de que «varios pacientes llegaran con complicaciones por la atención recibida por personal no cualificado», asegura.

Esta profesional sanitaria ha esgrimido además en el juicio una sentencia del Tribunal Supremo que aclara que los tratamientos estéticos solo pueden llevarlos a cabo médicos, no enfermeros, como ella considera que hacía el demandante, en una práctica de «competencia desleal».

Establecimiento con médicos cualificados
Suárez lo niega, replica que su establecimiento cuenta con médicos calificados para llevar a cabo este tipo de operaciones y cree que detrás de este conflicto en realidad lo que existe es que Rodríguez habría perdido numerosos clientes a favor suyo.
Apunta, además, que de ser ciertas las acusaciones que le dirigen, lo que tendría que hacer su competidora es acudir a los tribunales o instar a los pacientes que han sufrido esa supuesta mala praxis a hacerlo ellos mismo, pero no desprestigiarlo por las redes utilizando a sus trabajadores y empresas afines.
La demandada lo desmiente y dice que en la actualidad cuenta con una lista de espera de un año y ni siquiera tienen necesidad de trabajar de forma concertada con el Servicio Canario de Salud (SCS).
Marina Rodríguez afirma que ha sido objeto de insultos y acusaciones falsas, hasta el punto de que llegaron a bloquearle la centralita telefónica y «un rambo de 400 kilos» hizo acto de presencia en su oficina «de forma amenazante» para hablar con ella.
También se queja de haber recibido numerosos burofax en tan solo una hora y de que se creó en redes un perfil falso para desacreditarla, hasta que finalmente recibió la demanda de Suárez.Los expertos alertan de los riesgos que entrañan las intervenciones estéticas ejecutadas por personal, no médico.