A medida que parece ir controlándose la emergencia sanitaria en todo el país, casi un poco mejor todavía en Canarias, la definición de este estado, se va ampliando y la lupa de las preocupaciones se van centrando en sectores concretos, pero que afectan a colectivos muy amplios.
La educación es uno de ellos. Entre propuestas varias y pocas concreciones, las directrices del Gobierno central se topan, a la hora de ponerlas en prácticas, con la dificultad para aplicarlas a la realidad de cada Comunidad Autónoma.
En el Archipiélago, donde el déficit y las carencias en materia educativa, siempre han sido uno de los elementos a superar, la brecha que se está abriendo entre aquellos alumnos que cuentan con todo el material necesario para seguir una formación on line y aquellos otros que, como para el desayuno, también necesitan que se les tenga en cuenta y se les apoye porque en casa no hay ordenadores, ni tablets, ni una conexión a internet o la tienen que compartir con padres que teletrabajan, todo se complica .
La Confederación de Federaciones y Asociaciones de Padres y Madres de Canarias (Confapa) considera “urgente” la creación de una “Comisión de Emergencia Educativa”, según un comunicado enviado a los medios, “en la que estén representados todos los sectores que componen la comunidad educativa: profesorado, equipos directivos, padres, madres, alumnado, para abordar una respuesta unificada e inmediata a las múltiples deficiencias detectadas estas semana y se prevean también todos los escenarios de futuro”.
En un escrito dirigido a los máximos responsables de la Educación en Canarias, este colectivo también solicita un plan regulador de formación no presencial “de respuesta homogénea con instrucciones claras y precisas al profesorado, tanto para dar la clase como para corregir los deberes”.
Mientras el debate con qué hacer con este curso escolar en infantil y primaria sigue abierto. El propio presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torresal ser cuestionado por el curso escolar, expuso que hasta el 26 de abril «no va a haber clases», si bien dijo que «cabe la opción de que se de el curso por terminado» y al inicio del siguiente se empiece a recuperar lo que no se ha dado pero eso se tratará en la reunión interministerial que se celebrará este miércoles.
EBAU
Otro de los colectivos educativos que hasta la semana pasada tenían el corazón en un puño eran los alumnos que actualmente cursan 2º de Bachillerato y que tienen que pasar la EBAU (Evaluación de Bachillerato para Acceso a la Universidad).
La Consejería y las Universidades canarias han cerrado un acuerdo para que estas pruebas se retrasen hasta el 1,2 y 3 de julio, con una convocatoria extraordinaria entre los días 10,11 y 12 de septiembre. De la puntuación de esta evaluación depende el futuro de muchos estudiantes para elegir la carrera universitaria que quieran cursar.
Según el acuerdo cerrado, en el caso de las modalidades de exámenes con opciones A y B, la comisión responsable de la prueba en Canarias (en la que están integradas las dos universidades públicas canarias), y la Consejería de Educación han decidido aumentar la optatividad: «Que se pueda elegir preguntas de uno y otro grupo, para que el estudiante pueda llegar hasta la máxima nota posible», concluyen fuentes de la ULPGC.
Mientras llegan ecos en Europa, en países cercanos como Italia, donde se baraja dar un aprobado general, la comunidad educativa en España, transferida sus competencias a las Comunidad Autónomas, todavía no han cerrado un acuerdo común y básicamente igual para todos.
Los alumnos no pueden acudir a sus centros a recuperar sus libros y su material escolar. La gran mayoría de las familias no se pueden permitir el lujo de volver a hacer ese gasto. Los más afortunados los suplen con las nuevas tecnologías. Los más desfavorecidos, esperan poder recuperar los conocimientos pendientes el próximo curso, con permiso de la evolución del coranavirus.