La guerra en Ucrania va a obligar a Canarias a revisar las optimistas perspectivas turísticas para 2022 de hace solo diez días. Y también está llevando a activar mecanismos previstos en el Régimen Económico y Fiscal para amortiguar el aumento de costes energéticos y logísticos que amenazan las importaciones.
La consejera de Turismo, Industria y Comercio, Yaiza Castilla, quiso dejar claro en una intervención en comisión parlamentaria que tanto las previsiones turísticas como los problemas de abastecimiento de insumos para la industria están rodeados de «incertidumbre», porque no se conoce la duración, intensidad y extensión del conflicto bélico en Europa.
Castilla había anticipado el 23 de febrero, un día antes del comienzo de la invasión rusa a Ucrania, que la recuperación turística que estaba en marcha podría situar el número de visitantes para 2022 en 15 millones.
Pero este viernes ha anunciado que la guerra supone «un durísimo varapalo» para el mundo entero y una «seria amenaza» para la recuperación turística, lo que fuerza a revisar las expectativas anunciadas entonces.
Preocupación por posible caída en la confianza de los consumidores europeos
Las perspectivas turísticas se presentaban antes de la guerra «bastante positivas», por la menor incidencia de la pandemia, el relajamiento de las restricciones, la demanda latente para viajar y el alto nivel de ahorro acumulado por las familias en los últimos dos años.
Ahora, sin embargo «los riesgos son muchos y la incertidumbre elevada», lamentó Yaiza Castilla.
Entre los riesgos para el sector turístico canario citó la posible caída en la confianza de los consumidores europeos y el empeoramiento del estado de ánimo por la situación geopolítica, más acentuada en los países próximos al conflicto.
Otros riesgos son el posible empeoramiento de una inflación, que ya estaba en máximos de 25 años, una previsible subida de los tipos de interés que puede producir un estancamiento económico y unos costes del petróleo que encarecen los billetes aéreos. Pueden llevar a las aerolíneas a desechar las conexiones menos rentables.
Por el momento, los datos disponibles de las aerolíneas sobre su capacidad aérea para 2022 con Canarias no recogen la incidencia de la guerra. Se mantienen en un aumento del 4 por ciento con respecto a 2019, pero «Alemania ya ha caído un 5,5 por ciento cuando la semana pasada solo había caído un 1 por ciento», detalló la consejera.
Hace diez días todos los indicadores «nos hacían pensar que este sí iba a ser el año de la recuperación turística. No digo que no lo vaya a ser, pero sí que ante el nuevo panorama tenemos que revisarlo. Es demasiado pronto para poder cuantificar esa revisión», señaló.
«La situación es muy complicada»
La situación bélica tampoco hace sencillo analizar los efectos de la guerra en los suministros para la industria canaria, prosiguió la consejera. Subrayó que la elevada sensibilidad de los mercados internacionales hace que las previsiones sobre las importaciones de insumos para el sector industrial sea «incierta».
La escasez y carestía desde el punto de vista industrial pueden afectar sobre todo a los combustibles, a los cereales y al material de construcción como el acero, aluminio y cobre. A lo que se suma la falta de microchips, que retrasa la digitalización industrial, y la escasez de plástico reciclado para la fabricación de envases.
«La situación es muy complicada, pero no se puede hablar de desabastecimiento, aunque sí de un importante incremento de costes y de una tremenda incertidumbre», alertó.
La consejera dijo que se están activando por parte del Gobierno de Canarias los mecanismos previstos en el Régimen Económico y Fiscal para amortiguar los sobrecostes logísticos y energéticos.