El espacio de igualdad de los martes en Buenos Días Canarias ha abordado esta semana el papel de esta institución que operó en centros gestionados por órdenes religiosas hasta 1985
El Patronato de Protección a la Mujer se creó oficialmente en 1941 por la dictadura franquista para tratar, en teoría, de proteger a las mujeres consideradas «en riesgo». Sin embargo, los centros del Patronato acabaron siendo órganos de represión que trataban de imponer la moral católica y del régimen a las mujeres.
Estos centros estuvieron gestionados por órdenes religiosas como las Oblatas. Hace unas semanas, la Confederación de Religiosos de España, ha realizado un acto público de perdón a las víctimas de la represión en esos centros.
Paca Blanco es superviviente de uno de esos centros. Ella estuvo recluida entre los años 1967 y 1968 en la Península. Asegura que no han aceptado la petición de perdón porque consideran que se trata de «un lavado de cara».
Verdad, justicia y reparación
Las supervivientes de los centros consideran positivo el acto. Asociaciones como Desterradas Hijas de Eva, a la que pertenece, han estado luchando muchos años para demostrar el daño que el Patronato les había hecho. Ahora, con ese acto público, asegura que se reconoce ese daño porque los expedientes habían desaparecido. Para las víctimas es fundamental que, además de verdad, existan justicia y reparación.
Paca Blanco ha afirmado es que la mayoría de las internas no eran mujeres prostituidas, como quiso venderse, sino adolescentes presas sin haber cometido delitos. Eran jóvenes en plena efervescencia de la transición, con revolución musical y una adolescencia rebelde. Recuerda que era suficiente manifestarse, llevar minifalda o fumar para acabar en un centro.

Vínculos con los casos de bebés robados
Muchas de esas adolescentes trataban de escapar de los centros del Patronato quedándose embarazadas para no volver. Otras no tenían esa suerte y acababan en centros, donde muchos de esos niños y niñas desaparecieron. Paca Blanco ha afirmado que en el reformatorio de Peña Grande, en el que ella estuvo, «tenían miedo de que los bebés se pusieran enfermos y los llevaran a enfermería» porque , dice que «nunca regresaban». Ella tiene claro que se debieron producir cientos de casos de bebés robados que acabaron en familias católicas.
También en Canarias
El centro Purificación de María y el de Gracia, ambos en La Laguna, fueron dos de las instalaciones del Patronato que consta que estuvieron en Canarias. A pesar del final de la dictadura, el Patronato de Protección a la Mujer existió hasta 1985 como un mecanismo de represión hacia las mujeres.