El documental da voz a las mujeres que sostuvieron la vida en las islas mientras sus maridos emigraban a Cuba, en ocasiones para no regresar
En la antesala del Día de Canarias, el próximo viernes 30 de mayo, Televisión Canaria emite este miércoles a las 23:45 horas, ‘Mujeres de sal, hombres de humo’, un documental de Iris Carballo que aborda la emigración canaria a Cuba y Venezuela desde la perspectiva de las que se quedaron esperando a sus maridos, un viaje del que muchos nunca volvieron.
Dirigido por la educadora social e investigadora, Iris Carballo Déniz, este largometraje aborda el limbo social y jurídico en el que quedaban las mujeres cuando sus maridos emigraban a América Latina, especialmente a Cuba y Venezuela, y no regresaban. A menudo quedaban con hijos a su cargo y sin poder divorciarse (era ilegal en aquel entonces) o vender cualquier patrimonio que poseyeran, al requerir la firma y consentimiento del cónyuge.
El documental se construye a raíz de un viaje a Cuba de una joven canaria, Iris, en el que, por azar, se encuentra con Eladio, el nieto de un emigrante canario, que había descubierto que su abuelo había dejado otra familia en Gran Canaria de la que nunca oyó hablar. A raíz de este encuentro arranca una investigación en Canarias sobre las mujeres que se vieron abandonadas por sus maridos, que habían partido a Cuba, y que sufrieron ya no sólo las consecuencias emocionales del desprecio del hombre a ellas y a sus hijos, sino el rechazo y la burla social, y unas leyes que les impedían alzar la voz y rehacer sus vidas.
Esta obra audiovisual recoge los testimonios de descendientes de diferentes familias, con historias que, aunque unidas por el exilio y el abandono, son diferentes y abordan esta temática desde una vertiente particular. También indaga el documental sobre una de las preguntas más frecuentes: el por qué no volvieron aquellos hombres que partían en busca de mejores medios de subsistencia, precisamente, para la familia, con la que se produciría una interrupción del contacto de golpe, hasta el punto de, en muchas ocasiones, darlos por muertos al no recibir noticias de ellos.



