El grupo parlamentario de Vox y los diputados nacionalistas catalanes de la CUP han sido los únicos que se han plantado en el no frente a la solicitud del Gobierno de Pedro Sánchez de respaldar la segunda prórroga del confinamiento para salir de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
En la abstención se han quedado los diputados de Ezquerra Republicana y los de Herri Batasuna.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha negado su apoyo a Pedro Sánchez frente al coronavirus y, aunque ha apostado por mantener el confinamiento, su grupo vota no al decreto del Gobierno sobre la prórroga del estado de alarma hasta el próximo 26 de abril.
En su intervención en el pleno del Congreso, Abascal ha asegurado que España puede salir fortalecida de la crisis si dimite al completo el Gobierno de coalición del PSOE y Podemos.
«Paguen las nóminas y váyanse», ha reiterado Abascal, que ha cuestionado las cifras oficiales, que «amenazan con ser el gran bulo» de la pandemia, y ha recalcado que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son los «responsables de la mayor tasa de mortalidad del mundo por coronavirus».
Y es que, según Abascal, el Gobierno español es el responsable de «la peor gestión del mundo en esta tragedia» y está «incontrolado» con un poder «desmesurado», de ahí que se haya dedicado a «amordazar» al Congreso y a «sobornar» con subvenciones a medios de comunicación.
Ha contrapuesto a esta situación su «estado de alarma alternativo» que contempla, entre otras medidas, la continuidad del confinamiento, test masivos, cancelación de subvenciones, ciberlocalización voluntaria por parte de las autoridades sanitarias y presionar a la Unión Europea sin dejar de buscar acuerdo bilaterales.
La representante de los independentista de la CUP, Mireia Vehí, se manifestó también en el mismo sentido negativo.
La CUP anunció su voto en contra de la prórroga del estado de alarma, ya que considera que las medidas aprobadas en los últimos quince días «no solo han sido insuficientes, sino que en algunos aspectos han sido equivocadas», al priorizar los beneficios de las grandes empresas.
La CUP entiende que el Gobierno prioriza «los beneficios de televisiones privadas, empresas energéticas o entidades financieras, por encima de los intereses de las clases populares».
Por lo que respecta a los decretos en materia laboral, la CUP critica el permiso retribuible recuperable, ya que considera que «vuelve a poner el peso de la crisis encima de la clase trabajadora, que tendrá que recuperar las horas».
Para la CUP, resulta «preocupante» que los despidos pasen a ser considerados improcedentes pero no nulos y, sobre las medidas económicas, entiende que siguen «una lógica de endeudamiento público para rescatar a las grandes empresas y los oligopolios».
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha asegurado que no habrá pactos de la Moncloa si no hay «un pacto previo en Bruselas» y ha añadido que «no habrá Pactos de la Moncloa en España si no hay pactos en Ajuria Enea en Euskadi o en el Palau de la Generalitat de Cataluña».
Rufián, que ha avanzado que su formación se abstendrá en la votación de la prórroga del estado de alarma, igual que hizo en el pleno anterior, ha querido dejar claro que lo que España tiene por delante «no se cierra con la cúpula de cuatro partidos, un ejército y un rey encerrados en un despacho de Moncloa».
Rufián ha insistido que la respuesta a la pandemia no pasa por reeditar «lo que ya se hizo, y se hizo mal hace 40 años».
El portavoz ha iniciado su intervención con reproches para el PP por haber anunciado en un principio que unos 40 diputados asistirían hoy al pleno: «Menos mal que al final se han echado atrás».
También ha reprochado al Gobierno que hable de «guerra» cuando se tiene «aire acondicionado para el verano, calefacción en el invierno, Twitter y Neflix para el aburrimiento. Es un insulto para millones de personas que han convivido con la miseria».
Y sobre la abstención anunciada por su formación en la votación de la prórroga, Rufián la ha justificado en varios motivos: «Hay que parar y no se hace» y los decretos que se aprueban son recentralizadores.
Rufián ha referido como tercer argumento para abstenerse a la militarización: «No tenemos manía al Ejército, le tenemos memoria» y ha lamentado que se gasten cada año 11.500 millones en presupuesto militar y llega una pandemia y «no hay mascarillas en los hospitales».
Por otra parte, el diputado de EH Bildu Óskar Matute ha rechazado la reedición de los Pactos de la Moncloa y ha descartado la presencia de su formación en la reunión convocada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la próxima semana para buscar un gran acuerdo económico y social con todos los partidos.
Matute, cuyo grupo se abstendrá en la votación sobre la prórroga del estado de alarma, ha recalcado que no estarán en ningún pacto que se plantee como una reedición de los alcanzados en 1977 y que lo único que busquen sea «camuflar la aplicación de más centralización y políticas neoliberales de la derecha para ahogar a la gente y recortar sus derechos».
«Ese fue el objetivo de 1977», ha incidido el diputado abertzale, que ha insistido en que el Gobierno no puede contar con Bildu para atacar a las clases populares y a los trabajadores.
Ha asegurado que siempre estarán con la democracia, pero «nunca con robustecer la Constitución española» porque supondría robustecer la monarquía y el papel del ejército.
Según Matute, en la gestión de la crisis del coronavirus sobran las proclamas militares y las soflamas patrióticas, por lo que ha pedido que se ponga en primera línea a los trabajadores denominados «imprescindibles» y se «desmilitarice» el estado de alarma.