El director del Observatorio de la Inmigración de Tenerife, Vicente Zapata, considera «espectacular» la respuesta de la sociedad canaria ante el fenómeno de la inmigración irregular y habla de una «ola de solidaridad» que ha «pasado por encima» de determinadas actitudes racistas
En declaraciones a Efe, Zapata, que es profesor de Geografía Humana en la Universidad de La Laguna, contextualiza las conclusiones del último Sociobarómetro de Canarias, que indica que siete de cada diez canarios piensan que el aumento de la llegada de inmigrantes ha provocado un incremento de la delincuencia.
Entiende que ese trabajo, realizado en base a 1.500 entrevistas telefónicas efectuadas el pasado febrero, tiene «un sesgo importante» y las respuestas de los encuestados están «mediatizadas» por el bombardeo constante de informaciones sobre la llegada de cayucos y pateras.
A la pregunta de si es xenófoba la sociedad canaria, Zapata sostiene que existen «actitudes y costumbres racistas» por parte de «personas determinadas», pero recalca que es, en estos momentos, «el actor que mejor está respondiendo a la llegada de inmigrantes irregulares, con mucha diferencia».
» La sociedad canaria está a un gran nivel»
Se remite a la acogida de emigrantes a nivel familiar y a la organización de particulares en plataformas y colectivos para aportar ropa, comida y asistencia psicológica a las personas que están en los campamentos… «la sociedad canaria está a un gran nivel y eso hay que apoyarlo desde las administraciones», sostiene.
Es más, Zapata asegura que «el secreto para contrarrestar la xenofobia y el racismo es apoyar esos movimientos que quieren apoyar, ser parte de la solución al problema. La sociedad tiene que ser protagonista», insiste.
Teme que si la sociedad civil «se tiene que seguir haciendo cargo de responsabilidades» de las administraciones por mucho más tiempo pueda haber «cansancio», y de hecho cree que ya «lo está habiendo».
Además, advierte de que la situación actual, con grandes campamentos de acogida, es «peligrosa» y aboga por un cambio de modelo.
A corto plazo, aconseja mejorar «sensiblemente» las instalaciones habilitadas, así como sus entornos comunitarios, y a largo plazo, ir hacia centros más pequeños y «mejor repartidos», además de abrir el flujo de emigrantes a la Península y al resto de Europa.
Por lo demás, insiste en que el último Sociobarómetro de Canarias refleja «una visión distorsionada de la realidad» de la inmigración en el archipiélago, pues «se juzga un fenómeno social complejo en base a una de sus manifestaciones», la llegada de cayucos y pateras, «que no es la mayoritaria».
Sin embargo, los encuestados en este trabajo asociaron de forma mayoritaria inmigración con magrebíes (35,5%); luego con pobreza (22,2%), africanos (18,9%), subsaharianos (18%) y descontrol por políticas inadecuadas (17,7%).
Son los magrebíes los ciudadanos extranjeros que menos simpatía despiertan entre los canarios, con 4,4 puntos en una escala de uno al diez. En el polo opuesto figuran los europeos occidentales con 7,7 puntos.
El director del Observatorio de la Inmigración de Tenerife señala que un estudio previo de este organismo también detectó una menor aceptación hacia los habitantes del noroeste de África, sobre los que existen «muchos estereotipos» que atribuye a tensiones de proximidad territorial y también al conflicto del Sahara.
Según el último Sociobarómetro, un 40,2% de los canarios cree que los inmigrantes les quitan puestos de trabajo a la población local y un 52,8% los culpa de un empeoramiento de la calidad de los servicios sociales; un 41,5% en el caso de la sanidad y un 34,4% en el de la educación en los colegios.
El 79,6% de los encuestados opina que las autoridades deberían hacer todo lo posible para evitar que entren más inmigrantes a Canarias; el 69,8%, que solo se debería permitir la entrada en algunos casos justificados; y el 74,5%, que se debería devolver a sus países de origen a quienes lleguen en pateras o cayucos.
El 60,1% apoya que se les envíe a la Península; el 66,3% a otros países europeos; y el 31,6% que se repartan por islas.
Son mayoría (un 71,5%) los que entienden que quienes emigran lo hacen por razones económicas y para mejorar sus condiciones de vida; el 14% lo achaca a la existencia de redes mafiosas, el 12,4% a un ‘efecto llamada’ por la política migratoria; y el 10,6% a la creencia de que recibirán ayudas al llegar.
También son mayoría (81,1%) los canarios que creen que a las personas que llegan en pateras o cayucos se les dispensa un trato bueno o normal, y los que están en desacuerdo con que se les ingrese en centros sin la posibilidad de salir de los mismos (55,5%).
En cambio, el 53,5% se opone a que se les faciliten papeles para que puedan buscar un trabajo.
En Canarias, según el último Sociobarómetro, está extendida la idea de que el aumento de inmigrantes no beneficia a la actividad económica del archipiélago.
Y son casi la mitad de los encuestados (48,7%) los que sienten que en su municipio ha aumentado el rechazo a los inmigrantes.