El Pacto Verde pretende transformar la Unión Europea en una sociedad equitativa, con una economía en la que no habrá emisiones de gases de efecto invernadero en 2050
Ante los desafíos ambientales y la progresiva crisis planetaria, científicos de toda Europa han emitido un llamamiento urgente a los legisladores de la Unión Europea para detener el desmantelamiento del Pacto Verde de la Unión Europea y restablecer su ambición transformadora.
A este llamamiento se han unido más de 1. 900 científicos europeos y más de 30 organizaciones científicas, entre las que se encuentran el CREAF y la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET).
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Los científicos están profundamente preocupación por el futuro del Pacto Verde en Europa debido al retraso, debilitamiento o cancelación de recientes decisiones sobre regulaciones ambientales clave. Entre estas se encuentran la retirada del Reglamento sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas, enmiendas a la Política Agrícola Común (PAC) que eliminan salvaguardas ambientales, y el retraso del Reglamento Europeo de Deforestación (EUDR).
Esto pone en riesgo la capacidad de la Unión Europea para cumplir con sus compromisos con la neutralidad de carbono, la conservación de la biodiversidad y la reducción de la contaminación. Todo ello implica un riesgo crítico para la salud pública, el bienestar y la seguridad alimentaria.
«Esto no va bien. Debemos dar una vuelta de tuerca en nuestro compromiso para revertir la situación»
El grupo de Ecología para las Políticas creado recientemente en el seno de la AEET tiene un origen paralelo a todos estos sucesos. Desde AEET aclaran que “los científicos que manejamos a diario información de que esto no va bien. Tenemos la sensación de que debemos pasar a la acción y dar una vuelta de tuerca en nuestro compromiso para revertir la situación”.
El CREAF también creó en verano una nueva área de Interacción Política con para informar desde la ciencia en la toma de decisiones y seguir de cerca el desarrollo de todas estas iniciativas políticas.
Un pacto en retroceso
El llamamiento valora las consecuencias negativas que conlleva para el futuro de la Unión Europea cada una de las decisiones tomadas durante los últimos meses.
El retraso del implemento del Reglamento Europeo sobre la regulación de materias primas y productos vinculados con la degradación de ecosistemas forestales (EUDR; Reglamento UE 2023/1115). Esto socava su capacidad para abordar la deforestación y degradación forestal asociada a las cadenas de suministro europeas. Mediante este control se podría detener la degradación de bosques europeos e internacionales y su transformación para otros usos, así como reducir las emisiones de carbono a la atmósfera en más de 32 millones de metros cúbicos al año y eliminar la pérdida de biodiversidad asociada. Por otro lado, penaliza a las empresas que, responsablemente, ya han invertido en su cumplimiento en beneficio de las que no lo han realizado.
Asimismo, el rechazo del Reglamento sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas (SUR) ignora la evidencia científica y el apoyo público a los objetivos de reducción de plaguicidas en la Unión Europea. Este revés pone en peligro los esfuerzos para abordar el creciente uso de agroquímicos perjudiciales para la salud humana, los ecosistemas y la biodiversidad. En particular atenta contra nuestra propia seguridad alimentaria al reducir las poblaciones de polinizadores, imprescindibles para numerosos cultivos.
Las reformas de la PAC han debilitado los estándares ambientales, priorizando la productividad a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo. Esto podría exacerbar la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Expandir las energías renovables es crucial para la descarbonización, aunque un despliegue no regulado o insuficientemente planificado puede destruir innecesariamente otros activos ambientales como hábitats de interés, ecosistemas singulares o espacios que contribuyen a la imprescindible conectividad constituyendo infraestructura verde apta para la movilidad de nuestra biodiversidad.
Revertir este cambio de prioridades
Los científicos están preocupados por el cambio en las prioridades políticas de la Unión Europea hacia la competitividad y el crecimiento económico a expensas de la sostenibilidad. Esta reorientación, ignora los límites planetarios y la interconexión entre la salud ambiental, el bienestar humano y la resiliencia económica.
Llamada a la acción
En este sentido, la carta destaca 5 pasos urgentes para alinear nuevamente a la Unión Europea con los objetivos del Pacto Verde:
- Revertir decisiones recientes reconsiderando las reformas de la PAC, el retraso en la implementación del EUDR y rehusar nuevos intentos de debilitar las regulaciones ambientales.
- Reinstaurar el SUR reintroduciendo el Reglamento sobre el Uso Sostenible de Plaguicidas plaguicidas basados en la ciencia para reducirlos.
- Cumplir la legislación vigente y propiciar su adecuada implantación tomando decisiones que consideren el conocimiento científico y técnico consolidado como contribución para el adecuado despliegue de las diferentes legislaciones.
- Nueva agenda ambiental para desarrollar una estrategia alineada con los límites planetarios y los compromisos globales de la UE en materia de clima y biodiversidad, especialmente para la reforma de la PAC. Estructurarla a diferentes escalas, desde la planetaria y global a la de paisaje y local, haciendo hincapié en las relaciones y dependencias entre ellas. Debemos avanzar al unísono.
- Colaboración ciencia-política fortaleciendo la interacción entre la ciencia y la política meddiante el diálogo y utilizando los mecanismos de la Comisión Europea para respaldar la toma de decisiones informadas y basadas en evidencias.
- Compromiso con la sostenibilidad buscando modelos y soluciones que garanticen la salud y calidad de vida de las distintas sociedades, ahora y en el futuro.
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El Pacto Verde de la Unión Europea se aprobó en 2019
El Pacto Verde de la Unión Europea quiere crear una sociedad equitativa y próspera, con una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Con ello se busca no generar emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y que el crecimiento económico esté disociado del uso de los recursos. Asimismo, aspira a proteger y mejorar el capital natural de la Unión Europea. Asi como proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos y efectos medioambientales. Al mismo tiempo, esta transición ha de ser justa e integradora.
Este pacto de los Estados miembros se aprobó en 2019 como una hoja de ruta para cumplir con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en este caso en el marco de la ONU.