Nuestra condición de archipiélago permite controlar accesos y movilidad, ventajas a la hora de promover la flexibilización de medidas una vez que exista suficiente cobertura vacunal, pero todavía lejos por debajo del 10 % de vacunados
A medida que avanza el proceso de vacunación y cada vez con un porcentaje mayor de la población inmunizada, se abren nuevos debates en torno a cómo gestionar la realidad con un porcentaje alto de vacunados. El uso de la mascarilla cuando una persona ya se ha vacunado es una de las preguntas que se plantean.
La Comisión Europea se decanta por prescindir de las mascarillas en personas vacunadas. José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, asegura que Canarias podría convertirse en un territorio donde ensayar una posible retirada paulatina de la mascarilla.
Canarias ya vivió una situación similar con la desescalada el pasado verano. Nuestra condición de archipiélago permite controlar accesos y movilidad, ventajas a la hora de promover la flexibilización de medidas una vez que exista suficiente cobertura vacunal.
“Hay que valorar el semáforo y criterios de riesgo de la epidemia en el territorio, si Canarias está en ese escenario favorable, podría ser uno de los territorios donde plantear una desescalada”, afirmó Ojeda en una entrevista para los Servicios Informativos de Televisión Canaria. “Esperar a que la vacunación siga avanzando y evaluar su efecto y sera el momento de valorar la flexibilización de las medidas”, añadió.
El objetivo de la vacunación es retomar la vida como antes de la COVID-19, pero con la tasa de vacunación actual, menor del 10 %, «no se pueden aplicar de manera generalizada” la flexibilización de las medidas, según Eva Elisa Álvarez, Jefa de Medicina Preventiva del Hospital Insular Materno Infantil.
“La población totalmente vacunada o en contacto con familia totalmente vacunada podrían relajar las medidas, y en determinadas circunstancias si los no vacunados no son de riesgo”, asegura.
Otros factores son importantes a la hora de barajar la flexibilización de las medidas con la protección de las vacunas y las diferentes cepas que circulan por el mundo y otras que puedan surgir. “Teniendo en cuenta estos dos factores, no es fácil decirle a la población que puede relajar las medidas porque hay poca gente vacunada, no sabemos la duración de las vacunas y hay nuevas cepas vigilando”.