Las tripulaciones de las embarcaciones tendrían prohibido bajar a tierra en los puertos base, mientras que los pasajeros vendrían por vía aérea hasta esos puertos desde sus orígenes habituales, como los países nórdicos, Alemania y Reino Unido.
El Gobierno de Canarias prevé abrir una nueva temporada de cruceros durante el otoño, de manera exclusiva para realizar un circuito por las islas y solo con turismo europeo, lo que podría atraer a unos 400.000 turistas, frente al millón y medio de una temporada normal.
Se trata de “abrir una actividad económica muy importante para Canarias”, pero “la apertura tiene que contar con todas las exigencias sanitarias”, ha destacado este lunes el consejero regional de Obras Públicas, Transporte y Vivienda, Sebastián Franquis, tras una reunión en la capital grancanaria con los presidentes de las autoridades portuarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
El encuentro se ha celebrado tras una petición de varias compañías que operan con cruceros en Canarias desde hace algunos años, con la idea de volver a abrir la temporada de cruceros en las islas, ha explicado Franquis.
La propuesta que varias operadoras han presentado al Gobierno canario consiste en que se ponga en marcha la temporada de cruceros en las islas, con un circuito entre ellas y de forma exclusiva para compañías con bandera europea.
Estas empresas “quieren utilizar Canarias como referente para toda Europa y van a ampliar todas las medidas de control, a aumentar la plantilla de médicos y enfermeros y a hacer un análisis previo del crucerista para determinar si tiene o no factores de riesgo”, ha detallado el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra.
“En caso de que sean personas de riesgo no se va a permitir que vengan”, ha añadido para concertar también que, en caso de aprobarse la apertura de la temporada, los cruceros “tendrían un 60 % de capacidad”.
A juicio del consejero regional, “es una buena noticia que empresas importantes que han venido operando en Canarias estén pensando iniciar esta actividad de forma exclusiva en las islas, porque están pensando que es una zona que ofrece todas las garantías desde el punto de vista sanitario”.
El objetivo es “estar completamente coordinados para que el turismo de cruceros de otoño-invierno tenga al menos un 40 % de la actividad que se podría tener en una temporada normal”, ha destacado Ibarra.
En ese sentido, ha explicado que las tripulaciones de las embarcaciones tendrían prohibido bajar a tierra en los puertos base, mientras que los pasajeros vendrían por vía aérea hasta esos puertos desde sus orígenes habituales, como los países nórdicos, Alemania y Reino Unido.
Si las empresas que se han ofrecido a poner en marcha este circuito de cruceros en Canarias estuvieran finalmente dispuestas a cumplir las exigencias del Gobierno regional, entre las que el consejero ha destacado el cumplimiento de los protocolos establecidos en la región y seguros médicos para los turistas, entre otras, la propuesta deberá ser aprobada por el Estado.
Como medidas de protección se contemplan también la inspección de los propios buques antes de que puedan empezar a operar y el seguimiento en cada uno de los puertos, mientras que la prueba PCR obligatoria aún está por definir por la comisión técnica.
En una temporada de crucero normal podrían visitar las islas “en torno a un millón y medio de turistas”, y de esta forma no sería “una temporada perdida” y permitiría recuperar “lo máximo posible”, ha considerado el consejero regional.
“Canarias ofrece garantías y tenemos datos magníficos desde el punto de vista sanitario para poder llevar a cabo un turismo seguro en nuestra comunidad, pero vamos a exigir unos protocolos”, ha insistido para apuntar que “la idea” es que entre octubre-noviembre y abril-mayo del año que viene visiten las islas gracias a estos cruceros unas 400.000 o 500.000 personas.