El detenido compraba las armas por piezas, a través de portales en internet y luego las ensamblaba en un taller clandestino
La investigación se remonta al pasado mes de marzo, cuando la Guardia Civil detectó el envío de un paquete postal desde un país europeo, con destino al detenido, que contenía cartuchería metálica de origen serbio utilizada habitualmente en fusiles de francotirador y ametralladoras ligeras.
En el marco de las pesquisas, los agentes comprobaron que el detenido, a través de portales de venta «online», importaba ilegalmente armas de fuego incompletas o por partes, así como cañones y otras piezas fundamentales, que después ensamblaba.
Con ello conseguía tener a su disposición armas de fuego sin registrar en España, alguna de las cuales incluso carecía de numeración alguna.
En el registro practicado en su domicilio, se descubrió un taller clandestino donde se hacía la manipulación y ensamblaje de las armas que adquiría por piezas así como la recarga de cartuchería.
Han sido intervenidas diversas armas de fuego, completas o en proceso de fabricación, piezas fundamentales de armas de fuego, numerosa cartuchería metálica de diferentes calibres (incluidas municiones de guerra), así como piezas y mecanismos utilizados para la recarga casera de munición.
Entre los efectos intervenidos también se encontraron cerillas eléctricas, sustancias precursores de explosivos, una mina anticarro y detonadores caseros, éstos últimos usados para explosionar cargas explosivas y dispositivos de explosión.
Catalogado como «experto armero»
El detenido, catalogado por los investigadores de la Guardia Civil como un “experto armero”, a pesar de que carecía de la preceptiva autorización para ello, cuenta con un amplio conocimiento técnico de las armas de fuego, sus características, piezas y funcionamiento.
Hasta el punto de ser capaz de reconstruir las armas a partir de sus piezas y a modificar las medidas de inutilización que presentaban para convertirlas en armas dispuestas para hacer fuego real.
El Servicio de Información de la Guardia Civil ha desarrollado en los últimos cinco años más de 90 operaciones contra redes de tráfico de armas con un saldo de 435 personas detenidas, más de 4.845 armas de fuego incautadas (muchas de ellas de guerra) y 609.625 cartuchos metálicos intervenidos, 188 kilos de sustancias explosivas, más de 700.000 euros en metálico y 20 talleres clandestinos desmantelados.