Grandes estructuras de piedra confirman la presencia de un asentamiento a la entrada de la cueva de Villaverde (Fuerteventura)

Los hallazgos sugieren que el lugar debió servir para la práctica de actividades cotidianas

Informan: Rubén Castellano/ Jesús Pedrosa

La aparición de grandes estructuras en piedra a la entrada de la cueva de Villaverde (Fuerteventura) permite confirmar la existencia de un asentamiento aborigen de magnitud a las puertas del jameo. El lugar debió de servir para la práctica de actividades cotidianas por parte de los mahos, los antiguos pobladores de la isla.

En 1979, las arqueólogas Francisca Hernández y Dolores Sánchez llevaron a cabo una campaña arqueológica en la cueva que permitió el hallazgo de restos humanos pertenecientes a dos individuos, además de material asociado a la cultura de los mahos.

2018, fecha clave

Tas esas primeras excavaciones, la cueva se cerró y no se volvió a abrir hasta 2018, cuando comenzó una nueva campaña a cargo de la empresa de arqueología Arenisca, con el respaldo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias y el apoyo de Ayuntamiento de La Oliva y el Cabildo.

Desde entonces, no han parado de aparecer estructuras, restos de cerámica, malacofauna y algunos hitos arqueológicos, como almagre en los restos de cerámica y semillas de cereales, que han servido de prueba arqueológica para confirmar el uso de la agricultura entre los mahos.

Durante la campaña de 2019 se recuperaron un buen número de semillas de plantas cultivadas y de especies silvestres recolectadas que fueron usadas en la alimentación y como combustible, entre otros usos.

La datación mediante el análisis del Carbono 14 de una semilla de cebada y otra de trigo indicaron que las semillas tienen una edad aproximada de 1.300 y 1.600 años, respectivamente, y sugieren que entre los siglos V al VIII de nuestra era la primera población de Fuerteventura practicaba la agricultura.

La directora del proyecto de recuperación de la cueva de Villaverde, Rosa López, ha explicado a los periodistas que en esta campaña se persiguen dos objetivos: por un lado, la ampliación del primer corte de los trabajos arqueológicos realizados en 1988 y, por otro, “resolver cuestiones puntuales en torno a la cueva”.

Una estructura semicircular y restos de lo que podría ser un pasillo

Los trabajos arqueológicos permitieron descubrir la pasada campaña una estructura semicircular de “mucha potencia” adosada a las paredes del jameo, que parece crear un espacio en torno a la entrada de la cueva. También han encontrado restos de lo que podría ser un pasillo enfocado hacia el interior de la cueva que sirve de acceso a la entrada del jameo.

López ha planteado la posibilidad de que fuera una de las estructuras primitivas que “se realizaron cuando los mahos llegaron al jameo, donde utilizaron la piedra que había en el lugar para crear un asentamiento, tanto dentro como fuera de la cueva”.

La arqueóloga no ha dudado en clasificar la cueva de Villaverde como uno de los yacimientos más importantes de Fuerteventura y Canarias. Año tras año, “viene aportando novedades que están permitiendo reconstruir la historia de la isla y de los mahos”.

Los restos de cerámica, punzones de hueso, material lítico y de molinos circulares permite confirmar que se trata de un asentamiento. Todo ello demuestra que “hubo una intensa ocupación del suelo, con un uso, sobre todo, de hábitat”.

Las pruebas sugieren una ocupación entre los siglos V y IX

Las dataciones realizadas estos años han permitido documentar un hábitat del siglo V al IX. Las pruebas realizadas a los restos óseos de los dos individuos hallados en la cueva en 1979, han confirmado que son del siglo XIII. Por tanto, el yacimiento tuvo una actividad de ochocientos años, primero pudo servir como hábitat y, más tarde, como lugar de enterramiento.

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