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19 abril 2024 9:09 pm

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La campaña Vulcania analiza la evolución de la vida marina en el volcán Tagoro

La campaña Vulcania, del Instituto Español de Oceanografía, estudia cómo se ha desarrollado la vida marina en el entorno del volcán, creando un ecosistema único

Campaña oceanográfica Vulcania

Comienza la campaña oceanográfica Vulcania del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en la isla de El Hierro para la recuperación de sensores sobre el cráter del volcán submarino Tagoro y el análisis de la vida marina en sus alrededores.

Una de las observaciones realizadas por el equipo de investigación es la salida de fluidos hidrotermales del volcán submarino. Los fluidos rondan temperaturas de 30 grados centígrados. Estos fluidos son los responsables de fertilizar este ecosistema marino único, según apunta Eugenio Fraile, oceanógrafo físico el IEO.

El ecosistema marino de la isla de El Hierro, uno de los más ricos y sensibles del territorio español, está viviendo las consecuencias de la primera erupción submarina registrada en Canarias en los últimos 500 años de historia volcanológica.

Fluidos hidrotermales en el Tagoro

El volcán submarino Tagoro, ubicado en aguas de la Reserva Marina Mar de las Calmas, en La Restinga, ha sido protagonista de una serie temporal de estudios desarrollada durante estos años en la que los investigadores han podido ver y estudiar cómo ha evolucionado este volcán submarino, desde su fase inicial, eruptiva y hasta día de hoy.

Diferencias con otras áreas cercanas

Un equipo de investigación del Instituto Español de Oceanografía de los centros oceanográficos de Canarias y Baleares, entre otros descubrimientos, concluyó en un trabajo sobre el volcán submarino, la existencia de diferencias significativas entre la comunidad zooplanctónica ligada a la zona del volcán en comparación con otras áreas cercanas.

El artículo se publicó en la revista ‘Frontiers in Marine Science’. En él se analizaba la abundancia y estructura de la comunidad de zooplancton durante seis años tras la erupción. Todo ello, gracias a los datos recabados en diferentes campañas oceanográficas.

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