Miguel Munárriz defendió la necesidad de la literatura como arma contra el tiempo y David Trías, editor de Javier Reverte, repasó los viajes y la literatura del escritor
El Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras de Puerto de la Cruz, Periplo, presentó este sábado la obra póstuma ‘Queridos camaradas: una vida’, del escritor Javier Reverte.
La programación de Periplo, que este año celebra su novena edición, se celebra en varios enclaves de Puerto de la Cruz.
La Carpa Periplo acogió la presentación en primicia de ‘Queridos camaradas: una vida’, la obra póstuma del desaparecido escritor Javier Reverte, al que el festival homenajea este año cuando casi se cumple un año de su fallecimiento. David Trías, editor de ‘Queridos camaradas; una vida’, la obra póstuma de Javier Reverte, presentó la obra acompañado por Eduardo García Rojas.
«Es un libro de memorias escrito desde la perspectiva de un niño»
Trías, quien fue editor de la obra de Reverte en los últimos 20 años, explicó que la obra póstuma del escritor es “un libro de memorias escrito desde la perspectiva de un niño”. El editor afirmó que Reverte se tomó siempre muy en serio su oficio y que “fue muy promiscuo en lo literario, coqueteo con muchos géneros”.
La conversación de David Trías y de Eduardo García Rojas retrató a un Javier Reverte curioso, inquieto y comprometido. Trías aseveró que para Reverte “el mejor viaje siempre es el siguiente, el mejor libro siempre es el próximo”.
“A Javier le hubiera gustado que sus memorias se presentaran en Periplo”, afirmó David Trías. Por su parte, Eduardo García Rojas aseguró que Javier Reverte es, junto a Antonio Lozano, “una de las dos personas que han marcado y siguen marcando la senda de este festival”. Javier Reverte era miembro del Comité Literario Asesor de Periplo y recibió el Premio Periplo en 2018.
Miguel Munarriz, poeta y periodista, compartió reflexiones sobre literatura y el paso de los años. Dijo que “el verdadero viaje está en la literatura, los viajes físicos son importantes también porque serán contados”. El autor explicó que “Javier Reverte viajaba para contarlo y yo escribo para viajar”.