Dejaron de usarse en el siglo XVII, pero muchos siguen en pie. A día de hoy, se conservan hornos de brea o pez en Tenerife, Gran Canaria y El Hierro
Los hornos de brea u hornos de pez son antiguas estructuras en las que se trataba la brea o pez, una masa viscosa que procede de la resina de la tea del pino. Después de ser tratada, se utilizaba para unir las juntas en los barcos.
Era un barniz para impermeabilizar. Se producía en grandes cantidades, había una alta producción y seguramente viajó por toda la fachada atlántica europea, apuntan los arqueólogos.
Los hornos se construían en terreno inclinado. Estaban conectados bajo tierra mediante túneles para canalizar la producción. «En cada lomo del monte se construía uno, en el monte de al lado otro, y así se iban conectado», dicen los especialistas.
el Gobierno de Canarias trabaja en algunos de ellos para estudiar su origen y tratar de conservarlos. El objetivo es analizar el entorno y la información arqueológica que los hornos puedan proporcionar. Además, advierten de que es positivo darlos a conocer porque «lo que se conoce se valora, y lo que se valora se protege».
Se estima que sólo en Tenerife se conservan casi 200 hornos.