El homenaje a los represaliados del franquismo es uno de los primeros eventos de esta índole tras la reciente publicación de la Ley de Memoria Democrática
Cada 1 de noviembre, desde hace 48 años, los familiares de los represaliados del franquismo caminan desde la Plaza de Jinámar, en Gran Canaria, hasta la sima de la localidad. Allí se encuentran los restos de muchos de sus antepasados, y el objetivo es honrar su memoria.
«Jinámar es un símbolo», indica Lolo Rodríguez, organizador del homenaje. «Los mismos falangistas presumían de haber asesinado aquí a diligentes obreros, comunistas, republicanos y socialistas».
Así, se trata de uno de los primeros homenajes que se realiza tras la publicación de la reciente Ley de Memoria Democrática. «Un gran paso adelante», insiste Rodríguez. «El Estado se hace ya cargo incluso de la exhumación de fosas comunes y señala, evidentemente, el régimen fascista y el golpismo como ilegales».
Además, los familiares aplauden también que en los próximos meses un grupo de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria valoren estudiar la cavidad para determinar con certeza cuantos cuerpos yacen en el tubo volcánico de la sierra de Jinámar.