Un vecino del municipio de San Mateo poseía en su vivienda una colección de animales domésticos, silvestres y regulados por el Convenio de Washington y en el Reglamento (CE) 338/97
La Guardia Civil de Gran Canaria incautó, en la Vega de San Mateo, una colección de especímenes silvestres naturalizados y protegidos. Incluidos 4 jilgueros comunes, un erizo moruno, una cobra de monóculo y un halcón sacre, así como un instrumento musical hecho con materiales de especies amenazadas.
El propietario carecía de la documentación legal necesaria para poseer estos ejemplares. Esto llevó al SEPRONA a formular denuncias por infracciones a la legislación sobre contrabando y protección del patrimonio natural.
Herramientas de caza furtiva
A mediados de diciembre, gracias a la inestimable colaboración ciudadana, los agentes del SEPRONA desvelaron la existencia de una ilícita colección de especímenes silvestres naturalizados en el domicilio de un vecino de la Vega de San Mateo.
La colección albergaba una ecléctica amalgama de criaturas que abarcaba desde la fauna autóctona hasta ejemplares exóticos. Así como artes prohibidas para la captura de animales, siendo estas dos jaulas trampas y una red japonesa, herramientas que evocan imágenes de una caza furtiva.
Dos denuncias por infracciones
Sin embargo, la fascinación que pudiera despertar esta colección se ve empañada por su dudosa procedencia.
El propietario carecía de cualquier documentación que avalara la adquisición legal de los especímenes. Por ello, el SEPRONA actuó con celeridad, procediendo a la aprehensión de todos los especímenes e instrumentos ilegales.
El caso ha derivado en la presentación de dos denuncias. Una por infracción a la Ley Orgánica 12/1995 sobre la represión del Contrabando. Y la otra, por la infracción de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Lo que podría resultar en sanciones significativas.