El programa de la Radio Canaria aborda la paradoja de la dificultad para ser felices en una sociedad obsesionada con la búsqueda constante de la satisfacción
Expertos analizan los factores científicos, sociales y personales que influyen en nuestra capacidad para experimentar la alegría

Este lunes 28 de abril, a partir de las 22:00 horas, las ondas de Radio Canaria acogen una reflexión profunda sobre una cuestión fundamental para la existencia humana: la escurridiza naturaleza de la felicidad. El programa ‘Siempre nos quedará París‘, dirigido y presentado por Rosa Vidal, se adentra en la aparente contradicción de por qué, incluso cuando las circunstancias son favorables, alcanzar un sentimiento pleno de satisfacción resulta tan complejo para muchos.
Aunque la felicidad es un estado que conseguimos muy de vez en cuando, hay quien nunca experimenta esta emoción y navega en un estado permanente de insatisfacción. La ciencia nos explica las variables responsables de por qué nos sucede esto.
Si nos preguntamos por qué nos cuesta ser felices, la respuesta no es fácil. Hay infinidad de factores que pueden apagar, difuminar e incluso vetar por completo el poder sentir esta emoción tan enriquecedora e intensa. Sin embargo, hay otro hecho evidente, y no es otro que nuestra constante obsesión por alcanzar este estado, esta cumbre emocional y personal.
En esta travesía por los laberintos de la Inteligencia Emocional, ‘Siempre nos quedará París’ contará con las opiniones del Dr. Clavijo, psicólogo; Quico Rivero, neuro-psicólogo y científico; Carlos G.Almonacid, experto en Inteligencia Emocional; Chema Blanco, periodista; Joanne Kirk, empresaria; y la Dra. Rivero, ginecóloga y sexóloga.
La tiranía de la felicidad
Vivimos en un momento que podríamos definir como la “tiranía de la felicidad“. La búsqueda de la felicidad se ha convertido en un objetivo primordial. Hay una predisposición natural del ser humano a buscar experiencias que proporcionen placer, bienestar y satisfacción. Pero además, esta necesidad vital se ve amplificada por las redes sociales o los anuncios publicitarios que nos muestran constantemente imágenes idealizadas de vidas llenas de viajes, cuerpos perfectos y momentos de disfrute.
El problema aparece cuando esa búsqueda se convierte en una presión excesiva y llega la frustración o tristeza. Ante esta realidad, es de gran ayuda trabajar en la aceptación del malestar como parte de nuestra vida, cultivar herramientas que nos permitan adaptarnos a los desafíos o practicar más la autocompasión en momentos difíciles.
El 40% de nuestra felicidad está en nuestras manos
En este contexto, surge una pregunta inevitable: ¿existe acaso alguna «limitación» intrínseca en nosotros que explique esta dificultad para ser felices? Rosa Vidal, aclara que «en absoluto, no hay defecto alguno». En primer lugar, subraya la importancia de comprender que nuestro cerebro, en su diseño primario, prioriza la supervivencia por encima de la felicidad. Sin embargo, la ciencia ha mostrado un creciente interés en los últimos años por desentrañar las razones detrás del aumento constante de las tasas de ansiedad, depresión y tristeza.
El 50 % de la felicidad de las personas está determinada por sus genes. El 10 % depende también de nuestras circunstancias personales, de las experiencias vividas. Y el 40 % restante parte de nuestra capacidad para disfrutar de la felicidad en la manera cómo actuemos ante lo que nos sucede. Por tanto, este último porcentaje ofrece una perspectiva esperanzadora, ya que que subraya que tenemos el poder de influir en nuestro propio bienestar emocional.
