En Canarias el 31,2% de la población mayor de dieciséis años realizan poca actividad física
El próximo sábado, 6 de abril, se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física. Un día para recordar la importancia de adoptar un estilo de vida activo, promoviendo la actividad física y previniendo el sedentarismo.
«Únete a la revolución del movimiento» es la campaña de la Dirección General de Salud Pública del SCS para este Día Mundial de la Actividad Física. La actividad física regular es un factor protector fundamental en la prevención y tratamiento de enfermedades como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de mama y cáncer de colon.
Asimismo, contribuye a la reducción de factores de riesgo como la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, además de estar vinculada a una mejor salud mental, un retraso en el inicio de la demencia, y una mayor calidad de vida y bienestar.
Qué se entiende por actividad física
La OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y su consiguiente consumo de energía. Hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse, o como parte del trabajo de una persona.
Son actividades físicas, caminar, montar en bicicleta, practicar deporte, participar en actividades recreativas, juegos, e incluso las tareas del hogar.
Actividad física en datos
En Canarias, según la Encuesta de Salud de Canarias del año 2021, el 31,2% de la población mayor de dieciséis años realizan poca actividad física, y el 12,1% de la población entre 1 y 15 años no hace ejercicio alguno en su tiempo libre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), concluye que más del 80% de los adolescentes en edad escolar de todo el mundo, el 85% de las niñas y el 78%, no llegan al nivel mínimo recomendado de una hora de actividad física al día.
Las estimaciones mundiales más recientes indican que 1.400 millones de adultos, el 27,5%, no cumplen el nivel recomendado de actividad física para mejorar y proteger su salud.
Beneficios de la actividad física
Cualquier forma de actividad física contribuye a mejorar la salud y el bienestar general. Cuanto mayor sea la actividad, mejores serán los beneficios. Para aquellas personas que deben permanecer largos periodos sentados, ya sea por trabajo o estudios, incrementar la cantidad de actividad física resulta esencial para neutralizar los efectos adversos del sedentarismo.
Población de 0 a 17 años
Ser una persona activa físicamente durante la infancia y adolescencia es importante para mantener una buena salud durante todo el curso de la vida. Los principales beneficios:
- Mejora la forma física, la función cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la masa ósea.
- Favorece un crecimiento y desarrollo saludable.
- Mejora las habilidades motrices, la postura y el equilibrio.
- Disminuye la grasa corporal y ayuda a mantener un peso saludable, siendo un elemento clave para prevención del sobrepeso y la obesidad.
- Mejora la salud mental, mejora la autoestima, reduce los síntomas de ansiedad.
- Ofrece oportunidades de socialización y el aprendizaje de habilidades.
- Mejora la función cognitiva y contribuye a tener mejores resultados académicos.
Población adulta y adulta mayor
- Ayuda a mantenerse ágil físicamente.
- Fortalece los músculos mejorando la capacidad funcional. También, previene la pérdida de masa ósea (osteoporosis).
- Mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de ansiedad y estrés, mejora el sueño y reduce el riesgo de depresión. Además, aumenta la percepción de bienestar y satisfacción con el propio cuerpo
- Mejora la función cognitiva, y reduce el riesgo de deterioro cognitivo, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.
- Fomenta la sociabilidad y aumenta la autonomía y la integración social, especialmente en personas con discapacidad
- Contribuye a mantener un peso adecuado y reducir la adiposidad.
- Disminuye el riesgo de caídas en personas adultas mayores
A todos estos beneficios de la actividad física, han que sumar que reduce el riesgo de desarrollar varias patologías importantes.
- Enfermedades cardiovasculares
- Diabetes tipo 2
- Hipertensión arterial
- Dislipemias
- Cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, estómago, riñón y esófago.