El deporte español alcanzó en los Juegos de Barcelona’92 una cota, la de las 22 medallas olímpicas, que no ha vuelto a pisar desde entonces pero que, a la vista de los resultados que ha firmado en las últimas temporadas, vislumbra en el horizonte de esta edición de Tokio 2020
En la delegación española que viajará a Japón, compuesta por 321 deportistas (184 hombres y 137 mujeres), coincidirán los mejores de una generación que ya agota su ciclo con algunos jóvenes campeones que pisan con autoridad los podios mundiales y no ven razón para que sus primeras medallas se hagan esperar más.
La pandemia y la constricción del calendario internacional de competiciones dificulta los pronósticos, pero las sensaciones con las que el equipo se planta en la línea de salida son inmejorables.
Pese a bajas notables como las de Rafael Nadal, por voluntad propia, o Carolina Marín, Joan Cañellas y Dani Dujshebaev, por lesión, deportes que en la última edición no obtuvieron ningún premio, como el judo, la vela, el triatlón, el balonmano o el fútbol, o que no figuraban en el programa y sí estarán en Tokio, como el kárate, abren a la delegación española un abanico de nuevas opciones de podio.
Nueve equipos, todos candidatos a medalla
España ha clasificado a Tokio a las dos selecciones de baloncesto, balonmano, waterpolo y hockey y a la masculina de fútbol. Las posibilidades de todas ellas están contrastadas sobre el terreno.
Actuales campeones del mundo, los jugadores que dirige Sergio Scariolo aspiran a sumar su cuarta medalla olímpica consecutiva en el torneo olímpico de baloncesto, tras las platas de 2008 y 2012 y el bronce de 2016. Pau Gasol, que volvió de la NBA a la liga española para preparar los Juegos, ha dosificado sus tiempos en las últimas semanas para «dar el máximo» en Tokio a sus 41 años.
La selección femenina de Lucas Mondelo, subcampeona en Río 2016 y bronce mundial en 2018, está dispuesta a «hacer historia» en Tokio, una vez repuesta anímicamente del golpe del Europeo de Valencia, donde no solo se quedó fuera del podio sino también del próximo premundial.
Tampoco tienen límite las aspiraciones del balonmano español, con las ‘Guerreras’ de Carlos Viver vigentes subcampeonas del mundo y los ‘Hispanos’ de Jordi Ribera actuales campeones continentales y terceros mundiales.
Subcampeonas del mundo son también las dos selecciones de waterpolo, entrenadas por Miki Oca (mujeres) y David Martín (hombres).
En el caso del fútbol, la selección que dirige Luis de la Fuente fue campeona de Europa sub-21 en 2019 y cuenta con nombres tan consagrados como los de Pedri, Unai Simón, Pau Torres, Mikel Oyarzabal, Eric García y Dani Olmo, que disputaron la reciente Eurocopa con el equipo de Luis Enrique.
Y en hockey, el equipo masculino de Fred Soyez (que se despide del puesto en Tokio) fue segundo en el campeonato continental de 2019, mientas que el femenino de Adrian Lock ganó el bronce tanto en el Mundial de 2018 como en el Europeo de 2019.
Una larga lista de estrellas consolidadas
Desde los abanderados Saúl Craviotto (piragüismo) y Mireia Belmonte (natación), con cuatro medallas olímpicas cada uno, a Lidia Valentín (halterofilia), con tres, pasando por Ona Carbonell (natación artística, 2), Maialen Chourraut (aguas bravas, 2), Tamara Echegoyen (vela, 1) u Orlando Ortega (atletismo, 1), la delegación española está repleta de deportistas experimentados que han mantenido el nivel en este nuevo ciclo olímpico.
El K4 500 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, tras el polémico proceso selectivo para formar la tripulación, destaca como una apuesta segura tras su victoria en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría), su última competición antes de Tokio.
El piragüismo, el deporte que más alegrías olímpicas ha dado a España en las últimas ediciones, presenta otras bazas con aires de podio, como el K2 1.000 de Paco Cubelos e Íñigo Peña o cualquiera de los participantes en las aguas bravas.
Sin medallas olímpicas, pero con resultados sobresalientes en sus muy consolidadas carreras, buscarán su primer podio en los Juegos el triatleta Mario Mola, los tiradores Alberto Fernández y Fátima Gálvez, la palista Teresa Portela, el gimnasta Ray Zapata, los ‘pistards’ Albert Torres y Sebastián Mora o cualquiera de los miembros de la selección de ciclismo en ruta, incluido Alejandro Valverde en su quinta presencia olímpica.
Una doble oportunidad con el kárate
La entrada en el programa olímpico del kárate ha regalado a España dos opciones muy claras de medalla gracias al liderazgo mundial en la modalidad de katas de Sandra Sánchez y Damián Quintero.
Números uno del ránking internacional, ambos han mantenido durante todo el ciclo olímpico una estrecha rivalidad con sendos karatecas japoneses, Kiyou Shimizu y Ryo Kiyuna. En el mítico escenario del Nippon Budokan pueden vivirse unas finales de máxima tensión. Más que si los dos españoles ganarán medalla, la única duda es de qué color será.
Otros dos deportes que debutarán en estos Juegos, la escalada y el skateboarding, contarán con representación española, Alberto Ginés por un lado y Daniel León, Jaime Mateu y Julia Benedetti por otro, con la vista más puesta en París 2024 que en esta edición.
La vela, con el viento a favor
La vela, el deporte que más éxitos olímpicos ha deparado al deporte español (19 medallas, 12 de ellas de oro), se marchó de vacío de los Juegos de Río 2016. En el puerto de Enoshima el viento suena diferente.
España ha clasificado embarcaciones en todas las clases, las diez. Hace pleno por cuarta vez en su historia, solo igualada esta vez por Japón, gracias a que es país anfitrión, y por Gran Bretaña.
Jordi Xammar y Nicolás Rodríguez en 470, Joan Cardona en Finn y Tara Pacheco y Florian Trittel en Nacra 17 lideran el ránking mundial en sus respectivas clases.
Pero el 470 femenino de Silvia Mas y Paula Barceló es el actual campeón del mundo y el 49er de Diego Botín y Iago López es subcampeón, entre otros resultados prometedores. Las medallas no serán baratas, pero están al alcance de las tripulaciones españolas.
La ilusión de los nuevos valores
Nikoloz Sherazadishvili, dos veces campeón mundial de judo a sus 25 años, es el mejor representante de una nueva hornada de deportistas que llega a los Juegos de Tokio en su mejor momento. Lo mismo puede decirse de sus compañeros de deporte Ana Pérez Box, Fran Garrigós y Julia Figueroa, todos ellos medallistas mundiales en junio. El judo sufre una sequía de podios olímpicos de 21 años que puede llegar a su fin en el país que vio nacer ese deporte.
Adriana Cerezo, flamante oro europeo en taekwondo; Mohamed Katir, nuevo plusmarquista español de 1.500, 3.000 y 5.000 metros; Diego García, subcampeón de Europa de 20 km marcha; Ana Peleteiro, campeona europea de triple salto en pista cubierta en 2019; Hugo González, oro continental en 200 m estilos; y Aina Cid y Virginia Díaz, bronce europeo en dos sin timonel, forman también parte de ese grupo de aspirantes a firmar en Tokio una actuación destacada.
Tenis y golf: las ausencias dejan todo abierto
El tenis y el golf son dos de los deportes que más acusarán la baja de primeras figuras mundiales en los Juegos.
Entre los españoles, Rafael Nadal y Roberto Bautista, en el primero, y Sergio García, en el segundo, han renunciado a viajar a Japón para preparar sus próximos torneos profesionales.
Pero aun así, las raquetas de Pablo Carreño, Alejandro Davidovich, Carla Suárez o Garbiñe Muguruza y, en el golf, los palos del reciente campeón del Abierto de Estados Unidos, Jon Rahm, son garantía suficiente para afrontar la competición olímpica con esperanzas de algo grande.
El objetivo es superar las 22 medallas
Veintidós medallas. La meta de la delegación es una vez más esa cifra mágica lograda hace 29 años en Barcelona. Fueron 17 en Atlanta’96; 11 en Sídney 2000; 20 en Atenas 2004; 19 en Pekín 2008; 18 en Londres 2012 y 17 en Río 2016. Por posición, tampoco se ha igualado nunca la sexta lograda en Barcelona. La decimotercera de Atlanta’96 fue la más cercana y en la última edición se ocupó el puesto decimoséptimo.
Tres décadas son tiempo suficiente para tener preparado un nuevo salto hacia delante.