El camino de Santiago de Gran Canaria, la primera ruta jacobea fuera del continente

Puente de los caminos que se desarrollaron en América, la ruta original une las dos parroquias jacobeas de la isla, San Bartolomé de Tunte y Santiago de los Caballeros de Gáldar

La tradición nos habla de la evangelización de Santiago el Mayor en Hispania. Tras su muerte, los restos habrían sido ocultados junto a los de sus discípulos Atanasio y Teodoro hasta el siglo VIII, cuando la tumba fue redescubierta.

Lo que ocurrió a continuación ya es de sobra conocido. La tumba del apóstol generó una suerte de ruta –o mejor dicho, de rutas- desde diversos puntos del continente, que confluían en la recién creada Catedral jacobea. Un relato en el que, más allá de creencias y evidencias históricas, se ha convertido en un maravilloso punto de encuentro de la historia, la devoción, la filosofía y la espiritualidad.

El camino canario. El primero fuera del continente

El Camino de Santiago de Gran Canaria luce con orgullo el título de ser la primera ruta jacobea fuera del continente y puente de las que se desarrollaron en América. El itinerario original une las dos parroquias jacobeas de la isla, San Bartolomé de Tunte, donde se guarda la antigua imagen del santo –aquella que la tradición cuenta que dejaron unos marineros gallegos en agradecimiento por la intercesión del santo-, y Santiago de los Caballeros, en Gáldar, meta física y espiritual del viaje.

Curiosamente, las tres representaciones del santo muestran diferencias en cuanto a su iconografía, desde el caballero vestido con armadura hasta el peregrino con capa y sombrero aunque, eso sí, en todas ellas encontramos al titular sobre el caballo como defensor de la Fe cristiana.

Faro de Maspalomas
Faro de Maspalomas, Gran Canaria. Imagen Promotur.

Primera etapa

Aunque el inicio sería Tunte, queremos evocar el recorrido que siguieron los marineros que dedicaron la primera ermita al santo. El Faro de Maspalomas (siglo XIX) nos servirá de punto de inicio para nuestro itinerario hacia el parque natural de Pilancones.

La costa queda atrás y nos recibe la magnífica Caldera de Tirajana, uno de los tesoros que nos sorprenderá durante el camino. Nos acercamos a Tunte, primera parroquia jacobea del camino y meta de esta etapa inicial. Es imprescindible parar en la parroquia de San Bartolomé Apóstol para visitar la primitiva imagen que parece que dio origen a esta tradición. La necrópolis de Arteara y las casas típicas de Fataga son otros puntos de interés que enriquecerán nuestra experiencia.

Roque Nublo. Imagen Promotur.

Segunda etapa

Iniciamos el camino original desde Tunte para dejarnos seducir por la magia del interior de la isla. En esta etapa pasamos por la Degollada de Cruz Grande y tendremos oportunidad de disfrutar del Paso de la Plata, antigua senda por la que transcurría la trashumancia y que hasta no hace tanto concurrían pastores, artesanos, arrieros o peregrinos; uno de los puntos a nuestro juicio más extraordinarios del camino.

El itinerario continúa hacia los Llanos de Garañón, donde podemos refrescarnos en la fuente de agua potable. La naturaleza es la auténtica protagonista de esta etapa, con la Caldera de Tejeda, el Roque Nublo y el Roque Bentaiga como compañeros de viaje. Se trata de un espacio de gran singularidad paisajística y cultural que continúa sobrecogiendo al visitante.

El peregrino debe tener en cuenta que nos adentramos en espacios naturales protegidos recogidos en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que alcanza el 46% del territorio.

La Cruz de Tejeda, cruce histórico de caminos en la cumbre, es la meta de esta segunda etapa de la ruta. Desde el siglo XVII servía como hito para los caminantes que recorrían la cumbre de la isla. La antigua cruz desapareció tras un temporal en los años 60. La que vemos hoy se levantó en los años 70 en el mismo emplazamiento que la original.

Cruz de Tejeda. Imagen Promotur.

Tercera etapa

La última etapa discurre entre medianías y los volcanes más jóvenes de la isla. La meta será Gáldar, la antigua Agaldar, centro político prehispánico y la primera sede jacobea fuera del continente. Es el pasado prehispánico que permanece imborrable a lo largo del Camino.

La ruta desde la Cruz de Tejeda nos lleva al mirador de la Degollada de las Palomas, desde donde tenemos una espectacular panorámica del Paisaje Cultural Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. El camino nos conduce a la Cruz de los Moriscos, la Caldera de Pinos de Gáldar y el Montañón Negro donde volveremos a disfrutar del maravilloso paisaje natural, esta vez con la huella de algunas de las erupciones más recientes.

Poco a poco, el pinar deja paso al monte bajo, a la retama y al matorral, al terreno de pastoreo y a los rebaños de ovejas.

El pasado prehispánico permanece imborrable también en esta parte de la ruta. Son interesantes las cuevas en los Lomos de Alguacilejo o La Degollada, asentamiento al pie de la Montaña de Guía.

La Villa de Gáldar y su parroquia de Santiago de los Caballeros, la más antigua de la isla (1486) esperan al visitante. Aquí es donde convergen los sentidos del Camino.

Parroquia de Santiago de los Caballeros
Parroquia de Santiago de los Caballeros (Gáldar). El camino termina. Imagen cedida.

Nota. Aunque el Camino de Santiago de Gran Canaria es el Camino jacobeo oficial de las islas, te invitamos a descubrir la huella jacobea en el resto de las islas. Especialmente significativo es el caso de Tenerife, donde el santo da nombre a la capital y es titular de más de una parroquia. Nuestra sugerencia es que sigas la ruta de las portadas jacobeas del norte de la isla, una serie de templos desde Los Realejos hasta Buenavista destacados con la venera jacobea en las portadas.

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