El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha reconocido este martes que «una buena cantidad» de armas que habían sido destinadas paras las fuerzas de seguridad afganas «han caído en manos de los talibanes»
«No tenemos una imagen completa de dónde ha ido a parar cada artículo de material de defensa, pero en verdad, una buena cantidad ha caído en manos de los talibanes. Obviamente, no tenemos la sensación de que nos lo vayan a entregar», ha dicho Sullivan este martes en rueda de prensa.
Sullivan también ha comunicado que Washington se mantiene «en contacto» con los talibanes para garantizar la seguridad de las personas que se trasladan al aeropuerto de Kabul, la única salida hasta ahora para abandonar Afganistán.
El grupo insurgente les ha asegurado, cuenta, que garantizarán la libre y segura circulación de la población civil hasta el aeropuerto. Estados Unidos tiene «la intención de hacerles mantener ese compromiso», el cual, cree que «puede durar hasta el 31 de agosto».
No obstante, ha reconocido que Estados Unidos se siente «preocupado» por las informaciones que han llegado denunciando prácticas abusivas y agresiones llevadas a cabo por los talibanes en los puestos de control que habrían levantado en los accesos al aeropuerto.
Biden vuelve a hablar
El asesor de Seguridad Nacional ha trasladado que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto hablar nuevamente sobre Afganistán «en los próximos días».
Sullivan ha aprovechado para defender al presidente Biden tras las críticas recibidas acerca de cómo ha manejado la crisis de Afganistán. «Trabajó durante todo el fin de semana» en Camp David, «ha estado profundamente comprometido», tomando decisiones sobre «despliegue de tropas» y «brindando dirección y orientación».
Sullivan también ha dicho que «el corazón» de Estados Unidos «está con las mujeres y niñas afganas», y que la decisión de retirar las tropas no es cuestión ó no de salvar a esas mujeres y niñas, sino que detrás hay unos «costos humanos y unas consecuencias».
Permanecer en Afganistán, explica, «habría implicado un aumento importante de la participación estadounidense en una guerra civil, con más pérdidas de vidas, más derramamiento de sangre. (…). Estas son las decisiones que debe tomar un presidente», ha dicho.