España se enfrenta este domingo a la Francia campeona del mundo para luchar por la Liga de Naciones. Los de Luís Enrique no ganan un campeonato desde 2021
El camino de España hacia la conquista de un título nueve años después, en pleno proceso de una reconstrucción liderada por Luis Enrique Martínez, presenta tras ejecutar la dulce venganza ante la campeona de Europa en su hogar, Italia, el reto de la campeona del mundo, una Francia repleta de individualidades, el gran examen a un bloque que brilla como equipo.
La brillantez exhibida por una España plagada de bajas que venció por primera vez en su historia en terreno italiano, reforzó la figura de Luis Enrique como seleccionador. En el momento de mayor discusión a sus elecciones. Como respuesta al desenganche de una parte de la afición que se había vuelto a ilusionar en una Eurocopa que dejó el castigo de los penaltis cuando la selección mostró credenciales para volver a reinar.
Y puede hacerlo en la segunda edición de la Liga de Naciones, un torneo de menor enjundia que un Mundial o Eurocopa pero cuyo camino exalta el mérito de la conquista. El 6-0 a Alemania para sellar la primera presencia en su final a cuatro y el fútbol exhibido ante la vigente campeona de Europa en San Siro, asientan una filosofía innegociable de Luis Enrique que brilla ante equipos de grandeza y debe ser revisada ante aquellos de menor entidad que han torpedeado el caminar hacia Catar 2022. Pero esa batalla llegará en noviembre.
Antes se presenta un pulso que de partida nace como el pulso de un equipo ante un puñado de estrellas. España juega como club más que como selección. Como si estuviesen todo el año entrenando juntos. Con la virtud de meter un niño de 17 años como Gavi, de 18 como Yeremy Pino, y que ambos jueguen con la misma presión que en su barrio. Ninguna. O entregar el mando del juego a otro imberbe como Pedri y el peso del gol a Ansu Fati, ausencias a las que ya se echa de menos pese a su corta edad.
España no gana un título desde 2012
El futuro de España ya es presente y a las primeras de cambio tiene una oportunidad de título, nueve años después del fin del ciclo de oro en la Eurocopa 2012. Aún permanece Sergio Busquets, el gran referente de todos, que igualará a Andrés Iniesta (131 partidos) y pasará a ser el cuarto jugador con más internacionalidades. Junto a él asumen el peso por experiencia Koke Resurrección, César Azpilicueta, Unai Simón como titular indiscutible en la portería.
Y aparecen nuevas figuras creadas por Luis Enrique. Una con el morbo añadido del reencuentro con la que era su selección y con el técnico que nunca le dio minutos. Aymeric Laporte, jefe de la defensa española desde la reciente Eurocopa, ante Didier Deschamps. En el último precedente entre ambas selecciones en el banquillo de Francia sin minutos. En San Siro, la voz cantante de la zaga de España. Posiblemente repitiendo pareja de centrales zurdos con Pau si Luis Enrique no recurre a la mayor contundencia de Íñigo Martínez.
Y en ataque, el gran referente goleador, Ferran Torres. Con 12 goles en 21 partidos, autor del doblete a Italia en un partido en el que recibió un golpe en el empeine que le ha impedido entrenar y provoca que llegue ‘entre algodones’ a la gran cita. Por nada del mundo se lo quiere perder y forzará por ser el 9 ante la ausencia de Álvaro Morata y Gerard Moreno. Son dos de una larga lista de catorce bajas que conceden mayor mérito a la presencia en la final. Un día para «callar muchas bocas» por Luis Enrique, como aseguró Laporte a EFE.
Nunca repitió un once como seleccionador el asturiano y está cerca de hacerlo por primera vez ante una Francia que llega a San Siro tras una remontada épica contra Bélgica en Turín. Pasó de 0-2 a 3-2 en la segunda parte, impulsada por Karim Benzema y Kylian Mbappé y culminada por Theo Hernández en el minuto 90, con un equipo que sigue alternando momentos de gran fútbol y otros de excesiva pasividad.
Francia también llega con bajas
Deschamps cuenta con un grupo de 21 jugadores tras las bajas de Lucas Digne por un problema muscular y la de última hora de Adrien Rabiot, positivo por coronavirus, tal y como N’Golo Kanté, cuyo contagio ya se conocía e impidió su convocatoria para esta ventana de partidos internacionales.
Superada por completo por Bélgica en la primera mitad de la semifinal, Francia reaccionó empujada por el liderazgo de Benzema, autor de un golazo que reabrió el choque, y por la electricidad de Mbappé, que dejó atrás las polémicas que envolvieron sus últimos compromisos como internacional y demostró ser capaz de cambiar con una jugada la historia de un partido. Ambos y su velocidad son el gran peligro de una España que realiza presión alta y deja espacios al contragolpe.
Deschamps advirtió de que su equipo deberá saltar al campo de San Siro con el reto de quitar la posesión del balón a España y para hacerlo debería confirmar el 3-4-1-2 visto ante Bélgica, con la duda de quién reemplazará a Rabiot. El centrocampista juventino estuvo superado ante Bélgica y el seleccionador galo le sustituyó en la segunda mitad por Aurelien Tchouameni, talentoso medio del Mónaco.
La otra alternativa es la de Jordan Veretout, dinámico volante del Roma que lleva dos temporadas jugando un gran fútbol y con importantes números goleadores: firmó diez goles el año pasado y lleva cuatro en siete partidos este curso.
Ariete ofensivo francés ante una defensa española que necesita correcciones
Mbappé, que firmó el penalti del 2-2 contra Bélgica, vengando el error en la tanda de los octavos de final de la Eurocopa contra Suiza, acompañará al intocable Benzema en la delantera, apoyado en línea de tres cuartos por Griezmann, quien consiguió precisamente la pena máxima transformada por Mbappé. El poderío de uno de los mejores tridentes del mundo es la gran amenaza de una España que encuentra en la defensa y la falta de contundencia uno de sus aspectos a corregir.
El balance de duelos en fases finales cae del lado de Francia aunque el último precedente fue el único triunfo español, en los cuartos final de la Eurocopa 2012 gracias a un doblete de Xabi Alonso. Los ‘bleus’ superaron a la Roja en las Eurocopas de 1884, 1996 y 2000 más el Mundial 2006.