Álvaro Morata anotó a Suecia en el minuto 86 para granjearle a España el pase directo a Catar. Los de Luís Enrique sufrieron en La Cartuja
La Roja ya puede presumir de estar clasificada de pleno derecho para el Mundial de Catar. Un gol de Álvaro Morata en el minuto 86 le dio la victoria a una Selección a la que también le hubiese valido el empate. Los de Luís Enrique sufrieron durante todo el encuentro ante una Suecia peligrosa y muy defensiva, que le rompió el partido al once español hasta el gol.
A España le costó. Las opciones de pasar eran variadas y el partido, en una Cartuja abarrotada de aficionados tiñendo la grada de rojo, parecía favorable. Pero nunca debe subestimarse a ningún rival. Que se lo digan a nuestros vecinos de Portugal que, con las mismas circunstancias ante Serbia, acabaron por perder en el minuto 95.
Así es el fútbol. Portugal tendrá que ir a la repesca y son los balcánicos los que sacan el pase directo. Al otro lado de la Raya, sin embargo, se descorcha el champán por ver a los estelares de Luís Enrique llegar a su duodécimo Mundial consecutivo, con un plantel cohesionado y que vale su peso en oro.
La Cartuja estaba llena para ver a España clasificarse al Mundial
La Cartuja vestía de gala esta noche, vibrando con más de 50 mil voces vitoreando al unísono a La Roja. Enfrente, Suecia. La selección sueca llegaba como antihéroe. La gran villana que ya le complicó los encuentros a España en la Eurocopa y que la había derrotado en la cuarta jornada de la ronda clasificatoria por 2 a 1.
A los escandinavos no les valía el empate, solo la victoria, pero aun así platearon un partido muy defensivo para sobrevivir a las acometidas españolas de una selección que gusta de mover el esférico para aturdir al rival hasta encontrar el espacio.
Suecia tenía las filas cerradas atrás, incluso haciendo uso del catenaccio cuando España apretaba, con todo el once defendiendo tras la línea del balón. Pero eso no significaba que no fuesen peligrosos en las contras.
Emil Forsberg, en el minuto 16, dio el primer aviso a Unai Simón, conduciendo el esférico hasta el balcón del área para tirar un recorte al interior y perfilar un disparo que se fue por centímetros por el palo derecho del cancerbero vasco. Primera de las tres notas que iba a dar esta noche el delantero sueco, que pudo haber adelantado en más de una ocasión a su equipo.
España también tenía ocasiones en una velada en la que los de Luis Enrique salieron mucho más ofensivos que de costumbre, sin agotar las posesiones hasta la exhaustividad como ocurría en la fase de grupos de la Eurocopa.
Sarabia le dio la primera ocasión a los suyos en los compases iniciales con un disparo tenso cruzado que no entró por poco en la portería de Robin Olsen. España conseguía construir jugadas, pero no terminaba de finalizar ante el aluvión defensivo en el área sueca.
Suecia tenía llegadas y España comenzó a perder el control del encuentro
Ante tales circunstancias, Luís Enrique decidió cambiar de estrategia y comenzar a colgar balones al área en lugar de penetrar en los dominios de Olsen. Pero bombardear la caja es peligroso si falla la precisión, y Suecia sabía aprovechar los rechaces.
Isak en el minuto 49 volvió a asustar a Simón, después aprovechar la delantera sueca un fallo de Azpilicueta en la zaga y habilitar al de la Real Sociedad para disparar desde el balcón del área. Poco después, Forsberg se trastabillaba con el balón estando solo ante el guardameta español, dejando escapar un suspiro de alivio en la grada.
El partido llegaba a sus últimos 20 minutos y España no lograba la marca. El empate le valía, sí, pero Suecia iba a por el mismo botín y un tanto de los escandinavos podía arruinar todo el trabajo construido por Luís Enrique.
La Roja comenzó a precipitarse demasiado, vagando por el campo aturdida sin saber muy bien como superar la defensa amarilla que poblaba el área de Olsen. El partido estaba roto para las dos escuadras cuando entró en su recta final. Y en ese momento aparecieron Dani Olmo y Álvaro Morata para sacar garra.
Morata apareció para darle la victoria a la Selección
El minuto 86 corría en el cronómetro. España estaba a cuatro minutos de Catar más el añadido, pero Suecia se había mostrado más que capaz de darle la vuelta al encuentro y el empate a cero sabía a insuficiente.
Dani Olmo conducía por la banda izquierda y, llegando al vértice del área, vio el hueco en la defensa para disparar a bocajarro a Olson. El cancerbero se estiró y, con la yema de los dedos, desvió lo justo el esférico para que no entrase en la red.
Pero lo justo significa exactamente eso: lo mínimo. El balón se estrelló en el larguero y rebotó por delante del área chica. El cancerbero quedó batido en el suelo y el esférico sin dueño. Morata, más rápido que los defensores suecos que se quedaron completamente parados, corrió hacia el balón con media sonrisa ya preparada, sabiendo lo que iba a pasar.
Un leve toque picado y la pelota acarició la red, y La Cartuja estalló. Morata corrió a celebrarlo, Luís Enrique saltó a abrazarse al cuerpo técnico y la parroquia local cantó a coro el «yo soy español». Porque ese gol sentenciaba el partido a minutos del final y era un billete directo al Golfo Pérsico.
La era Luis Enrique llega a Catar
El colegiado concedió cuatro minutos de añadido y España cerró su área, controlando los últimos compases del encuentro ante una Suecia a la que todo se le ponía cuesta arriba. Pero llegó el 94´y el silbato resonó en Sevilla para anunciar el final del partido y el pase al Mundial de La Roja.
La era Luís Enrique se consolida con el pase. Un entrenador que llevó a la Selección a la semifinal de la Copa de Europa y que la colocó en la final de la Liga de Naciones, ahora continúa su periplo en la Península Arábiga, con un plantel joven y renovado que tiene opciones de llegar a la grandeza en el máximo campeonato del fútbol internacional.
Luís Enrique tiene un año para consolidar completamente a su equipo y llevarlo en volandas hasta lo más alto. El Mundial de Catar arrancará el 21 de noviembre de 2022 con La Roja defendiendo el escudo por duodécima vez consecutiva.