Un empresario embotella ceniza para vender a los turistas. Lo recaudado se destina íntegramente a ayudar a los damnificados
La ceniza del volcán, junto con una buena fotografía, es el recuerdo que todos se llevan de La Palma.
Hay quienes la cogen para darle un uso agrícola, otros para hacer un terrario. Sin embargo, en un alojamiento turístico la embotellan para vender a los turistas.
Existen dos formatos: la botella, a cinco euros, o la bolsita, a un euro. El objetivo es recaudar fondos que posteriormente se entregarán a La Palma a través de las instituciones públicas.
Se trata de una iniciativa solidaria para colaborar con aquellos que lo han perdido todo.