El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha aclarado que su Administración «no tiene intención» de enviar tropas propias o fuerzas de la OTAN a Ucrania, aunque ha advertido de «graves consecuencias» si de da un ataque por parte de Rusia.
«Todos, desde Polonia en adelante, tienen motivos para estar preocupados por lo que sucedería y los efectos indirectos que podrían ocurrir (…) No tenemos intención de poner fuerzas estadounidenses o fuerzas de la OTAN en Ucrania, pero habrá graves consecuencias económicas», ha señalado Biden ante los periodistas.
Estas palabras del inquilino de la Casa Blanca se dan apenas un día después de que el Departamento de Defensa anunciara este lunes que está preparando hasta 8.500 soldados para un potencial despliegue en el este de Europa.
Según apuntó el Pentágono, estos soldados estarían dispuestos a colaborar con la Fuerza de Respuesta de la OTAN en caso de que la Alianza Atlántica decidiera desplegar estas tropas.
Respecto al envío de estas 8.500 tropas, Biden ha señalado que depende de «lo que Putin haga o deje de hacer» para que se lleve a cabo o no, según se recoge en las declaraciones del mandatario recogidas en un comunicado de la Casa Blanca.
Si bien es cierto que anteriormente Biden ha defendido que el envío de tropas directamente a territorio ucraniano «no estaba sobre la mesa», el presidente sí que abogó por un refuerzo al Ejército de la OTAN si fuera necesario, algo que ya ha rechazado el propio secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.
«La OTAN no desplegará tropas de combate»
«La OTAN no desplegará tropas de combate en Ucrania (…) Pero debemos asegurarnos de que no haya malentendidos sobre nuestra preparación, nuestro compromiso de proteger y defender a todos los aliados, especialmente en la parte oriental de la alianza», ha apuntado Stoltenberg.
Esto mismo ha sido confirmado por la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien ha reiterado que se está trabajando «a través de la OTAN», para «aumentar el apoyo en el flanco oriental», ya que están comprometidos con la alianza.
«Para que quede claro, no hay intención, interés o deseo por parte del presidente de enviar tropas a Ucrania. La OTAN es un foro para apoyar a nuestros socios y países del flanco oriental, y en eso se ha centrado la atención», ha remarcado Psaki.
Con respecto a las conversaciones que se están llevando a cabo en el formato de Normandía –que integra a Alemania, Francia, Rusia y Ucrania–, la portavoz de la Casa Blanca ha dicho que Estados Unidos apoya «los esfuerzos internacionales que tienen lugar en una variedad de foros».
Sin embargo, ha resaltado que la OTAN es el foro en el que se trabaja: «Nos coordinamos con nuestros socios en lo que respecta al apoyo militar y cómo vamos a brindar garantías a los países del flanco oriental. Así que ese es ciertamente el foro apropiado para eso».
Ecos de la Guerra Fría
Biden se reunió en junio durante tres horas y media en Ginebra con su homólogo ruso, una conversación que Putin calificó de «muy constructiva» y sin ninguna «hostilidad». Tras la reunión, el presidente ruso anunció el regreso de los embajadores de Estados Unidos y el país euroasiático a Washington y Moscú.
Por su parte, Biden dijo que no le convenía «a nadie» estar en una «nueva Guerra Fría». Sobre este comentario, la portavoz de la Casa Blanca ha aclarado este martes que no fue todo lo que se trasladó sobre el encuentro, ya que en ese momento expresó que la recuperación de las relaciones entre ambos países no «sucederían de la noche a la mañana».
De hecho, esta misma semana, el ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, rechazó la idea que se produzca una nueva Guerra Fría y un conflicto en Europa Central. Sin embargo, su homólogo danés, tras una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, sí que llegó a decir que era necesaria una desescalada en el conflicto porque «recordaba «a los días más oscuros de la guerra Fría».
Asimismo, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, advirtió en un análisis que las «posturas irreconciliables» que actualmente mantienen Rusia por un lado y la OTAN por otro hacen que exista una «probabilidad alta» de que se produzca una «nueva Guerra Fría».
Nuevo Plan Energético
Por otro lado, Estados Unidos y sus aliados estarían preparando un plan energético alternativo al suministro de gas procedente de Rusia en caso de que se produzca un aumento de las tensiones con respecto al conflicto con Ucrania.
En este sentido, Psaki ha confirmado las informaciones trasladadas por un alto funcionario del Departamento de Estado, adelantadas por la agencia de noticias DPA. Estados Unidos estaría «en conversaciones» con los principales productores de gas natural de todo el mundo.
«Estamos involucrando a nuestros aliados europeos para coordinar la planificación de la respuesta, incluida la forma de desplegar sus reservas de energía existentes. Hemos estado trabajando para identificar volúmenes adicionales de gas natural no ruso del norte de África y Medio Oriente, Asia y Estados Unidos», ha dicho.
Así, Psaki ha confirmado que hay conversaciones «para comprender la capacidad y voluntad de los principales productores de gas para aumentar temporalmente la producción y asignar estos volúmenes a compradores europeos».
También ha asegurado que se está colaborando con los principales exportadores de gas natural licuado para «garantizar la flexibilidad en los contratos existentes y la gestión del almacenamiento y permitir el desvío a Europa».
«Nos estamos preparando, como lo estamos haciendo en muchas otras áreas, para una variedad de contingencias en caso de que se produzca una interrupción, por una variedad de razones, en el gas natural», ha zanjado. Además, ha agregado que «cualquier reducción en las exportaciones rusas tendría un impacto mínimo en Estados Unidos» debido a la regionalidad de los mercados del gas natural.