El Papa ha pedido a los padres que hayan constatado «orientaciones sexuales distintas en los hijos» que no se escondan detrás de actitudes de condena y que sean capaces de «acompañarlos»
Durante la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco ha enumerado ciertas circunstancias dolorosas que pueden aparecer en la vida de los padres como «la enfermedad» o «todavía más doloroso» la muerte de un hijo en un accidente de tráfico.
«Pienso en los padres ante los problemas de los hijos: hijos con tantas enfermedades, hijos enfermos, también con enfermedades permanentes. ¡Cuánto dolor ahí!. Padres que ven orientaciones sexuales distintas en los hijos y cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria; padres que ven que sus hijos que se van a causa de la enfermedad», ha manifestado el Pontífice.
Francisco ha arremetido así contra la actitud que condena los comportamientos de los hijos y ha pedido a los padres «suavidad». «Jamás condenen a un hijo», ha instado. De este modo, ha recordado su experiencia cuando era arzobispo de Buenos Aires, iba en autobús y pasaba por delante de la cárcel donde veía a algunas personas haciendo fila para entrar a visitarlos.
«Me producía mucha ternura cuando pasaba ante la cárcel y había una fila de personas que iban a entrar a visitar a los presos. Y allí estaban las madres. Me producía tanta ternura, ver a las madres que ante un hijo que se ha equivocado y que está en la cárcel, no lo dejan solo, dan la cara y lo acompañan. Coraje de madre y de padre que acompañan a los hijos siempre», ha incidido.
El Papa ha instado a pensar en cómo se puede ayudar a estas personas: «Pensemos en cómo ayudarles. ¡Hay tanto dolor! Pensad en el Señor, en cómo ha resuelto los problemas».
Así, ha recordado «las muchas personas que están aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar». No obstante, ha precisado que la oración no es «nunca» un gesto «abstracto o intimista» que es más propio de los agnósticos y no de los cristianos. El Papa ha dejado claro que la oración «siempre está indisolublemente unida a la caridad y al amor».