Un incendio en su edificio en marzo de 2021 les dejó sin electricidad. Desde entonces viven con luz de obra, un suministro insuficiente para la vida cotidiana de estas 28 familias
28 familias de Ofra, en Tenerife, llevan un año y medio sin suministro eléctrico. Su edificio sufrió un incendio en marzo de 2021 y, desde entonces, viven sin apenas electricidad. La conexión eléctrica de la que disponen es la de luz de obra por la que también tienen que pagar.
Los vecinos no pueden utilizar dos electrodomésticos al mismo tiempo, por lo que acuerdan los horarios en los que uno u otro los usan. Es lo que ocurre con las lavadoras, por ejemplo. En caso de poner dos simultáneamente, se corta la corriente, cuentan. La potencia con la que viven es mínima y no permite ni el funcionamiento del ascensor.
Es un problema grave, sobre todo para los que viven en las últimas plantas. Es el caso de unos ancianos octogenarios. Su hija, María Auxiliadora Fabelo, cuenta que debe encargarse de «subirles la bombona y las bolsas de compra» porque el ascensor no funciona.
Añade que continúan pagando el recibo de luz, «el mínimo porque si no, UNELCO da de baja los contratos». Además, asegura, también pagan «la luz de obra, que es otro recibo» con limitación de vatios. Es por eso que no pueden hacer un uso normal de los electrodomésticos.
Rosario Hernández, una de las vecinas afectadas, considera que «una casa sin luz no es habitable» por lo que estuvo nueve meses viviendo fuera de la suya, «de alquiler». Por su parte, Elena Hormazábal, otra de las vecinas, explica que deben ponerse de acuerdo entre todos para utilizar, por ejemplo, las lavadoras, «porque si no, la luz se nos baja».
Los vecinos denuncian la falta de información y reclaman soluciones urgentes. Por su parte, la compañía eléctrica asegura que el instalador homologado no ha aportado el certificado de adaptación de instalaciones, sin el que no se puede dar de alta el suministro.