Aboubacar Drame, migrante maliense, comparte con los políticos del Parlamento de Canarias su travesía por el océano hasta llegar a Canarias. Ahora es educador en un centro de migrantes y asegura que la mafia comienza con la propia policía
Aboubacar Drame es educador en un centro de menores migrantes. Llegó en patera a Gran Canaria hace 16 años procedente de Mali, siendo un adolescente. Su testimonio ha llegado hasta el Parlamento de Canarias, que ha puesto rostro a la inmigración. Allí ha desgranado una realidad muy dura.
Este maliense ha recordado su travesía de cuatro días por el océano, por la que pagó 1.000 euros. Cuenta que la mafia sigue siendo una realidad y que, además, arranca con la propia policía. «Dos chicos jóvenes relataron que tenían la intención de venir a España, pero que los controles policiales dificultan la huida. Pese a ello, contactaron con la policía para sobornarlos«.
Una vez en España, algunos adolescentes esperan dos años por la prueba ósea que determine su edad y varíe su situación. «Desde que llegaron hasta hoy no han cambiado nada de su vida. No están escolarizados ni tienen ningún tipo de documento«, señala.
Dice que no los visitan ni los mandatarios españoles ni los africanos, «es como si no existieran».
Sin embargo, su paso por los hoteles canarios dieron lugar a imágenes amargas, y recuerda cómo les grababan y les preguntaban. «Ese no es el pueblo canario que yo conozco», asegura.
Aboubacar anhela regresar a su país para contribuir a su desarrollo. Concluye que cerrar África no es la solución.