La vicepresidenta primera del Gobierno espera que Argelia dé marcha atrás en su decisión de suspender el tratado de amistad con España
El giro de España sobre el Sáhara sigue provocando una reacción en cadena de alcance internacional. Al anuncio de Argelia de suspender el tratado de amistad con España le siguió el aviso de Bruselas de que esta decisión violaría los acuerdos suscritos entre Argelia y la Unión Europea (UE).
Sin embargo, en el seno de la UE cada vez hay más países que se quejan de una política exterior española que está poniendo en peligro el suministro de gas de la propia Europa y las relaciones de Bruselas con países estratégicos como Argelia.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, espera que Argelia cambie su posición y dé marcha atrás en su decisión de suspender el tratado de amistad con España, a la vez que ha asegurado que ve al país «cada vez más alineado con Rusia».
Lo importante para Calviño es responder con «unidad y determinación» y ha loado la respuesta de la Unión Europea en el sentido de que España es un país de la UE y, por tanto, la política comercial es común. Según Calviño, pese a la crisis, el suministro de gas argelino está garantizado porque hay unos contratos a largo plazo entre empresas privadas que se tienen que cumplir.