Aumentan a 1.200 los muertos por el terremoto en el este de Afganistán

Entre las víctimas del terremoto de Afganistán están 155 niños. Además 1.900 viviendas han sido destruidas y siete escuelas han sufrido daños materiales

Terremoto Afganistán
23/06/2022 Daños materiales a causa de un terremoto en la provincia de Paktika, en el este de Afganistán SAIFURAHMAN SAFI / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO / Europa Press

El balance de muertos a causa del terremoto registrado la semana pasada en el este de Afganistán ha ascendido a 1.200, según han indicado las autoridades, una cifra entre la que figuran más de 150 niños, tal y como ha señalado Naciones Unidas.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha manifestado que al menos 155 niños han muerto y cerca de 250 han resultado heridos a causa del seísmo. El 86 por ciento de las víctimas mortales son del distrito de Giyan, en la provincia de Paktika.

El organismo ha indicado además que cerca de 1.900 viviendas quedaron destruidas en los distritos de Giyan, Barmal –en Paktika— y Spera, en Jost, mientras que «muchos más» habrían sufrido daños materiales extensos y «están en riesgo de colapso».

Asimismo, un total de siete escuelas han sufrido daños materiales, mientras que se han entregado cerca de mil tiendas de campaña a las zonas afectadas para hacer frente a la falta de refugio para los damnificados.

«Siguen existiendo múltiples desafíos logísticos, incluidos unos canales de comunicación limitados como resultado de la caída de las redes de telefonía móvil en Paktika y Jost y la mala condición de las carreteras en el distrito de Spera», ha manifestado.

Estados Unidos entrega 10 millones de dólares

Por su parte, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, anunció el sábado la entrega de diez millones de dólares (alrededor de 9,5 millones de euros) del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) «para ayudar con la respuesta inmediata al seísmo».

«Cientos de muertos. Muchos más, heridos. Viviendas destruidas. Niños sepultados por los escombros. El terremoto de Afganistán es la última tragedia que recae sobre el país», lamentó Griffiths en un breve mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.

Fazel Jan, un niño de siete años residente en el distrito de Giyan, ha relatado en declaraciones al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que sus padres y uno de sus abuelos murieron a causa del seísmo.

«Me llamo Fazel Jan, tengo siete años. Cuando empezó el terremoto nos levantamos y empezamos a chillar. Toda la familia huimos de casa y nos metimos en el coche», ha manifestado. «Mi madre y mi padre murieron. Mi abuelo también murió. Estoy muy triste», ha agregado.

En esta línea, Qudratulá, un niño de ocho años también residente en Giyan, ha manifestado que «estaba durmiendo» en el momento del temblor. «El techo se derrumbó y yo estaba debajo. Lo único que decía era ‘por favor, sacadme de aquí’. Mi padre me rescató. Tenía la espalda herida. Me sigue doliendo», ha señalado.

Por su parte, Mohamad Gul, también residente en Giyan, ha detallado que «algunos» de sus compañeros de clase han fallecido. «Estoy muy desconsolado. Los extraño mucho a todos. Ni sus casas existen ya», ha dicho.

«Ha muerto mucha gente, entre ellos tres de mis compañeros de clase. Hasta ahora he escuchado que 300 han muerto y que cientos están heridos», ha apuntado. «Tras el terremoto, subimos a las colinas. Estaba lloviendo y no teníamos carpas, sólo paraguas, para protegernos de la lluvia. Todavía tengo mucho miedo y creo que habrá otro terremoto», ha zanjado.

En este sentido, el ‘número dos’ de la Media Luna Roja Afganistán, el mulá Nurudín Torabi, ha pedido a las organizaciones nacionales e internacionales que distribuyan la ayuda a través de este organismo. Ha agregado que 55 equipos han sido enviados a Paktika y Jost para abordar la situación, tal y como ha recogido la agencia afgana de noticias Bakhtar News Agency.

El terremoto tuvo su epicentro a unos 44 kilómetros de la ciudad de Jost. Mientras su epicentro ha estado a una profundidad de unos 51 kilómetros, revisada posteriormente a unos diez kilómetros, según los datos publicados en su página web por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

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