El Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) informa del desplome de parte de las paredes interiores del volcán de La Palma, 8 meses después del final de la erupción
Investigadores de universidades de todo el mundo, entre los que se encuentra INVOLCAN, acaban de publicar una investigación sobre la fase inicial de la erupción de Cumbre Vieja 2021
El pasado lunes, 8 de agosto, el Instituto Volcanológico de Canarias informaba a través de sus redes sociales del desplome de parte las paredes interiores del volcán de La Palma, más de 8 meses después de que finalizara la erupción, el 13 de diciembre de 2021.
«Esta tarde durante nuestros trabajos rutinarios en el cráter del volcán Tajogaite, La Palma, hemos descubierto que en estos días se ha producido un derrumbe en una de sus paredes interiores. Estos fenómenos son normales debido al asentamiento del terreno», indicaban.
INVOLCAN participa en una investigación internacional
También en su cuenta de Twitter, el Instituto Volcanológico informó de la reciente publicación de una publicación que analiza cómo fueron (geológicamente hablando) los primeros días de la erupción.
«Se ha publicado en acceso abierto una nueva investigación de colaboradores e investigadores de INVOLCAN sobre la construcción y destrucción del volcán Tajogaite que analiza los primeros días de la erupción», informan.
Investigación: La fase inicial de la erupción de la dorsal Cumbre Vieja de 2021 (Islas Canarias): productos y dinámicas que controlan el crecimiento y el colapso del edificio
El volcán Tajogaite sufrió un enorme colapso el 25 de septiembre, al final de su quinto día de erupción. El impacto produjo que se derrumbara la tercera parte de todo el material que se había acumulado en forma de cono sobre la ladera de Cumbre Vieja: 5,5 de sus 14,45 millones de metros cúbicos de volumen, revela ahora un estudio de diez organismos científicos.
Una veintena de investigadores de las Universidades de Manchester, Durham y Portsmouth (Reino Unido), Múnich (Alemania), Ginebra (Suiza), Pisa y Camerino (Italia), el Instituto Vulcanológico Nacional de Italia, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables de Tenerife y el Instituto Volcanológico de Canarias publican estos días en «Journal of Volcanology and Geothermal Research» las claves de lo que pasó aquel 25 de septiembre. Una investigación de interés no solo para los geólogos, sino también para los responsables de Protección Civil en catástrofes como la que vivió La Palma durante tres meses.
Según prosigue el documento, el desplome abrió una cicatriz de más de 200 metros en forma de «U» en el cono inicial del volcán y desparramó su flanco oeste sobre una superficie de 1,2 kilómetros cuadrados. Miles de toneladas de material piroclástico en forma de bloques de más de diez metros de altura flotaban sobre grandes coladas de lava, arrastrados como si fueran balsas de piedra.
Al quinto día, colapsó
El colapso del volcán después de cinco días de intensa actividad explosiva (aún quedaban por delante 80 jornadas más de erupción) dio lugar a un parón aparente de casi diez horas en el volcán. Súbitamente, se liberaron las reservas más superficiales de magma, pero a la larga no cambió el devenir de los acontecimientos, más allá de abrir ríos de lava al sur del cono, cuando hasta entonces discurrían sobre todo por la zona norte.
Desde que se abrió paso a la superficie a las 15.13 horas del domingo 19 de septiembre en una zona deshabitada del paraje conocido como Cabeza de Vaca, en El Paso, la mayor erupción que ha vivido La Palma en tiempos históricos empezó a levantar muy rápidamente un gran cono volcánico sobre una ladera de 26 grados de inclinación.
En esas primeras jornadas, brotaban de la tierra 2,4 millones de metros cúbicos de materiales volcánicos al día, con fuentes de lava de las que manaban hasta 30 metros cúbicos de roca fundida por segundo, detallan los autores de este artículo. Un caudal como ese equivale, por ejemplo, al del río Tajo en Aranjuez (Madrid).