Cerca de alcanzar el primer año desde la erupción volcánica, centenares de ejemplares de pino canario han vuelto a dar una lección de supervivencia
Higueras y castaños también se han visto favorecidos por el paso del tiempo y buscan su espacio en el entorno
El verde sobre el gris de la ceniza da esperanza a un paisaje que ha padecido uno de los acontecimientos naturales más agresivos. Ocho meses después de dar finalizada la erupción volcánica de Cumbre Vieja en La Palma, la naturaleza trata de recuperar su espacio. El pino canario ha vuelto a dar una lección de supervivencia.
Centenares de pinos canarios vuelven a renacer a las faldas del volcán de La Palma. Estas son las primeras señales de brotes verdes tras la erupción. Un proceso de regeneración que, por su comportamiento, está causando sorpresa entre los que investigan su evolución.
A menos de un mes para que se cumpla un año de la erupción, el 19 de septiembre, y ocho meses después de que se diera por finalizada, la naturaleza trata de recuperar su espacio. Higueras y castaños también se han visto beneficiados por el paso del tiempo.
En cuanto a la fauna, lagartos y perenquenes han sufrido un retroceso importante. Las aves empiezan a hacer cortas incursiones en esta franja y se han visto pinzones vulgares, canarios o palomas bravías sobrevolando la zona.