El fiscal Miguel Serrano ha calificado al excomisario de «policía corrupto» y ha defendido sus tesis en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional
La Fiscalía ha presentado este lunes al excomisario José Manuel Villarejo como un «policía corrupto» que actuó durante años guiado por un «exclusivo ánimo de lucro» al realizar actividades privadas con el conocimiento y consentimiento, presuntamente, de la cúpula policial o de sus «responsables políticos».
La Audiencia Nacional ha retomado este lunes el juicio al excomisario por tres presuntos proyectos de espionaje después de que la semana pasada fuese examinado por un médico forense tras alegar en junio haber sufrido un accidente cerebrovascular que le dejó mareos y pérdida de equilibrio.
La Fiscalía ratifica su tesis
Después de que el abogado del expolicía haya elevado sus conclusiones a definitivas en busca de una absolución, el fiscal Miguel Serrano ha ratificado su tesis de que Villarejo no actuó «conforme a las normas de compatibilidad que su estatuto» de policía le exigía al participar en «cuestiones privadas que en modo alguno» podía realizar porque «chocan, colisionan» con sus labores de inteligencia en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía.
«Nos encontramos ante un policía corrupto», ha afirmado contundente Serrano tras recalcar que el excomisario actuó «guiado por un exclusivo ánimo de lucro».
Y ha indicado que otras piezas del procedimiento han puesto de manifiesto cómo «la estructura del Ministerio del Interior» utilizó las actividades de Villarejo, que «comete delitos» por «cuenta, por interés, patrocinados por estas cúpulas».
«Estas personas que son de la cúpula policial, incluso sus responsables políticos, pudieran conocer sus actividades y consentirlas». Así, ha explicado, es cómo «Villarejo consigue la impunidad de sus actuaciones».
«Juicio justo»
La Fiscalía ha defendido que Villarejo está siendo sometido a un «juicio justo» y ha rechazado entrar en aspectos que exceden al procedimiento.
«Parece que se estuviera jugando otro partido que a veces interfiere con el partido del proceso», ha señalado Serrano. Un «partido paraprocesal», ha continuado, en el que Villarejo es «el perfecto amo» y al que los fiscales han renunciado «siempre, incluso asumiendo costes personales».
Villarejo, con un parche en el ojo por las dolencias sufridas, ha intentado sin éxito sacar adelante su última recusación al tribunal. Villarejo ha acusado al tribunal de parcial y ha cuestionado que no haya facilitado que un médico le examinase con anterioridad.
Un movimiento que le ha valido duros reproches del fiscal, que ha visto en él una «única finalidad»: «entorpecer el procedimiento».
El tribunal ha rechazado de plano el incidente de recusación por «temeridad y mala fe». Asimismo, ha denegado investigar unos audios publicados hace unas semanas que el abogado de Villarejo estima «nucleares» al considerar que chocarían con algunos testimonios policiales sobre las condiciones en las que éste se reincorporó a la Policía en 1993 y el conocimiento que sus mandos podían tener sobre sus empresas que, según Villarejo, puso al servicio del Cuerpo.