Las salinas de Tenefé o la recuperación de un paisaje industrial histórico

Hay negocios que luchan contra viento y marea para seguir adelante. A veces, además, aportan valor paisajístico y conservan vivo nuestro pasado. Es el caso de las salinas de Tenefé, en el sureste de Gran Canaria. Tras varias intervenciones, se han logrado recuperar y, por ahora, tienen ante sí buenas perspectivas

Las salinas de Tenefé, cerca del Aeropuerto de Gran Canaria, resisten al paso del tiempo. A vista de pájaro logran divisarse perfectamente ordenadas. Piedra, agua, barro: los tres elementos naturales que permiten la transformación de la sal.


La recuperación de este complejo costero, el único de su tipo en Gran Canaria, ha hecho posible el milagro. Varios años de trabajo y una progresiva recuperación de espacios que, incluso, ha convertido a las salinas de Tenefé en un atractivo para los turistas y en un edén para los que siempre estuvieron.

La implicación de las instituciones ha salvado la histórica infraestructura de una muerte casi segura. Sin embargo, otras estructuras cercanas como los nidos de ametralladoras o un yacimiento aborigen quedan a expensas de la deriva del cambio climático. Por ahora, aquí pervive la sal de la vida.

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