Tras dos años, los Caballos Fufos bailaron en las calles de la Villa de Tazacorte, una tradición recuperada tras la pandemia y el volcán
Tras dos años sin bailar, la noche de este miércoles las calles de la Villa de Tazacorte, en La Palma, volvieron a llenarse de color y ritmo al son de “Vuela, vuela palomita” y los Caballos Fufos. Es la noche previa al día del patrón de los palmeros, San Miguel, festividad que se celebra este jueves.
Primero fue la pandemia y luego el volcán lo que impidió que los Los Caballos Fufos de Tazacorte recorrieran las calles. La tradición se recuperó en la villa bagañeta este año para la víspera del Arcángel San Miguel.
Con 112 años de bailes a sus espaldas, los Caballos Fufos, realizados con una base de cañas recubierta de papel de seda de todos los colores, han sido, son y prometen seguir siendo la fiesta por excelencia para convertir la Villa de Tazacorte en el centro de las miradas de la Isla.
Una celebración que recibe a multitud de autoridades insulares y locales llegados desde los distintos municipios. Los Fufos remontan la tradición hasta Cuba, desde donde un emigrante palmero decidió traerlos a La Palma.