La ‘Estrategia del dolor crónico no oncológico en Canaria 2022-2026’ integra 6 líneas estratégicas y 17 proyectos para abordar los retos que afronta el Servicio Canario de Salud en la materia
El director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, la directora general de Programas Asistenciales, Elizabeth Hernández, y la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes de España, Carina Escobar, inauguraron esta mañana una jornada de trabajo en la que se presentó la ‘Estrategia del dolor crónico no oncológico en Canaria 2022-2026’.
Se trata de una herramienta con la que se busca seguir mejorando el abordaje de las personas que presentan dolor de una forma efectiva y desde una perspectiva integral y multidisciplinar, y teniendo siempre en cuenta los aspectos biopsicosociales del paciente y de su entorno.
Así, el documento ayudará a promover un modelo organizativo adecuado para la atención al dolor crónico no oncológico, desde una perspectiva holística de la persona y con perspectiva multidisciplinar.
Durante su intervención, el director del SCS destacó que «la Estrategia pone en el centro de la atención a las personas y sus familiares, no solo promoviendo la excelencia clínica, sino también incorporando a los procesos asistenciales la visión humana, mediante el fomento de la empatía y la dignidad de trato».
Domínguez también aseguró que el SCS es consciente de la necesidad de avanzar en el manejo y tratamiento del dolor en todas sus tipologías, por lo que se ha previsto la elaboración de diferentes estrategias adaptadas a cada una de ellas.
Coordinación y seguimiento
Por su parte, la directora general de Programas Asistenciales explicó que la estrategia plantea una estructura para velar por su adecuado despliegue mediante el establecimiento de un modelo de coordinación y seguimiento que asegure la consecución de los objetivos y el adecuado desarrollo de las acciones.
«Estamos convencidos de que la Estrategia supondrá un avance importante en el abordaje del dolor crónico no oncológico en Canarias, mejorando la práctica clínica, y por tanto, la atención de las personas en nuestro sistema sanitario”, apuntó Hernández.
Además, agradeció el trabajo desarrollado por la treintena de profesionales que han participado en la elaboración este documento y destacó su entrega y colaboración en todo momento, «teniendo siempre como objetivo buscar la mejor atención posible para nuestros pacientes».
Para concluir el acto inaugural de esta jornada, la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes de España, Carina Escobar, recordó la importancia del diagnóstico precoz en los casos de personas que presentan dolor crónico.
En este contexto, puso en valor que «la Estrategia contemple una dimensión biopsicosocial a la hora de tratar al paciente y haya establecido una vinculación estrecha entre Atención Primaria y Especializada con vías de derivación bien establecidas para agilizar el diagnóstico y los tratamientos adecuados».
Seis lineas estratégicas
La Estrategia se ha articulado en torno a seis líneas estratégicas y 17 proyectos que abordan los principales retos que afronta el SCS en el marco del dolor crónico no oncológico:
1.- Cultura y modelo organizativo orientado a la atención al dolor crónico no oncológico: centrado en la sensibilización sobre la importancia del dolor, incorporación del dolor crónico no oncológico como elemento transversal en la organización sanitaria, trabajo en red en el ámbito del dolor en Canarias y coordinación con el ámbito sociosanitario.
2.- Proceso de atención integral del dolor crónico no oncológico con foco multidisciplinar: donde se impulsará la prevención y detección precoz, el diagnóstico y tratamiento seguros, la adecuada continuidad asistencial y atención multidisciplinar y la atención al dolor crónico no oncológico en poblaciones especiales.
3.- Formación de los profesionales: apostando por un mayor conocimiento del dolor, por la inclusión del dolor en la formación continuada y por la formación en atención humana vinculada a los procesos de dolor crónico no oncológico.
4.- Adecuadas tecnologías, sistemas de registro y medición de los datos de dolor crónico no oncológico: mediante el desarrollo y homogeneización del sistema de registro de información y la definición de un modelo de evaluación.
5.- Incorporación de la innovación e impulso a la investigación: con la creación de centros de excelencia en dolor e impulsando la realización de estudios que gradúen la importancia del impacto del dolor crónico no oncológico.
6.- Participación del paciente en el manejo de su patología: fomentando el autocuidado y el rol del paciente activo y mejorando las herramientas de información y comunicación con el paciente.
Prevalencia del dolor crónico
El dolor afecta a todas las personas en algún momento de su vida, suponiendo una experiencia sensorial y emocional desagradable que está ligada a factores biológicos, psicológicos y sociales.
Las características del dolor crónico no oncológico dificultan en la actualidad la obtención de un diagnóstico adecuado, por lo que, en muchas ocasiones, las personas viven con su dolor sin el tratamiento y la atención necesaria y adecuada a su situación. Por ello, según indica el comunicado del Gobierno canario, «los especialistas son conscientes de que existe un infradiagnóstico y un infratratamiento para estas personas».
El dolor crónico es un problema de salud con impacto socioeconómico y con un elevado uso de los recursos de salud, siendo una de las causas más comunes de atención en el sistema sanitario.
La prevalencia del dolor crónico se sitúa en torno al 17% de la población española adulta y se estima que en Canarias la población afectada por este es de 361.700 personas, que son atendidas en la red asistencial del SCS y en las unidades del dolor de los centros hospitalarios.
En Canarias hay actualmente un total de seis unidades centradas en abordar y tratar el dolor: una en cada hospital capitalino y una en el Hospital Universitario de La Palma y otra en el Hospital Universitario Doctor José Molina Orosa de Lanzarote.
Perfil del paciente
Según un estudio realizado por la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín a 5.000 de sus pacientes, el perfil de la persona atendida es: una edad media de 59,8 años, 63% de mujeres y 37% de hombres, procedente en un 38,9% del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, en un 63% diagnosticado con lumbalgia y en un 34,9% con posible trastorno psiquiátrico.
La pandemia de la COVID-19 ha repercutido significativamente en los pacientes con dolor crónico, empeorando su estado de salud y condicionando también una peor percepción subjetiva de su enfermedad.
Así, nueve de cada diez personas con dolor crónico han experimentado un empeoramiento de su estado emocional y el 59% de las personas con dolor crónico perciben que el confinamiento incrementó su problema de salud.