Este domingo Casa da Pedra de Camariñas, en La Coruña, ha acogido un homenaje a los voluntarios que asistieron al desastre del Prestige hace 20 años
La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha reivindicado la cultura ecologista «del Nunca Máis», el movimiento ciudadano frente a la marea negra del Prestige, y de lucha contra el cambio climático como política de Estado frente a los que hacen patriotismo «de palabras huecas».
En el acto institucional por el 20º aniversario de la catástrofe del Prestige y de homenaje a los voluntarios, ha situado la «marea blanca» frente a este naufragio como «la primera gran movilización» del país por motivos medioambientales, por lo que cree que constituye «la seña de identidad de la sociedad civil española».
Rodríguez ha asegurado que 20 años después del accidente del Prestige frente a las costas gallegas, España cuenta «con más recursos que entonces» para afrontar un accidente de este tipo y también está «mucho mejor coordinada en materia energética» y desde el punto de vista de la «transparencia y coordinación entre administraciones».
Rodríguez: «El Gobierno siempre se arremanga para ponerse al frente de una crisis»
En su intervención, se ha mostrado sorprendida porque algunos responsables públicos aún nieguen evidencias del cambio climático. Además, ha reivindicado que el Gobierno central ha podido cometer errores pero siempre «se arremanga» para «ponerse al frente» cuando hay crisis, como frente a la COVID-19 o la erupción del volcán de La Palma.
Por eso, en el acto celebrado en la Casa da Pedra de Camariñas (La Coruña), uno de los municipios de la Costa da Morte que más sufrió la marea negra, ha lanzado un «mensaje de tranquilidad» a las familias ante la crisis económica porque el Gobierno va a «responder» y «estar a la altura de las circunstancias» al igual que durante la pandemia.
De hecho, ha reivindicado que se reforzó la sanidad pública «que hoy se cuestiona», precisamente el día en que en Madrid se celebra la manifestación en defensa del sistema sanitario, y ha agradecido la labor de todo el personal sanitario, «que nos salvó de la crisis de la COVID-19, que nos protegió», ha añadido, una afirmación que despertó los aplausos de todos los presentes.
El desastre del Prestige desde el voluntariado
La solidaridad de los voluntarios llegó a la costa gallega desde el primer día con el desastre del Prestige, siendo un ejemplo del trabajo en primera línea.
En este sentido, el ecologista Ezequiel Navío indica que lo que se contempló fue «la transformación de un paraíso de vida en un desierto abiótico, sin vida. Es un manto de muerte que llega a las costas y aniquila absolutamente todo, y vivir esas tragedias es algo que no se olvida nunca».
Mientras, Pascual Calabuig, veterinario, declara que «estuvo cerca de 20 días viviendo una tragedia que lo dejó hecho polvo con laringitis química de respirar el ambiente y con una fuerte depresión por las imágenes que contempló».
Así, hablamos de recuerdos que emocionan todavía a quienes estuvieron allí, ya que Canarias vivió muy de cerca la tragedia. Así, el vicepresidente Román Rodríguez informa que «desplazamos voluntarios, compromisos y ayudas para facilitar la recuperación del daño causado».
Además, uno de los periodistas de Televisión Canaria que asistieron al lugar de los hechos fue Paco Luis Quitana, que explica que «dentro de la experiencia, lo primero a hablar es del olor potente a combustible. Además, recuerdo la marea canaria de solidaridad que se generó».
Con todo, se habla de un desastre medioambiental que 20 años después sigue muy presente. Una marea negra de contaminación, pero también una marea de solidaridad por la vida.